sábado, 28 de julio de 2012

Capitulo 3: Habitaciones


Los personajes no son míos; solo los utilizo para mi alocada imaginación.


Pov. Edward
Todo iba de maravilla; había conocido a una chica hermosa y todo gracias a una confusión. Es tan hermosa, sus ojos chocolates van a juego con su cabello castaño; su piel pálida, hace que su rubor sea increíble; pero un idiota chico tenía que arruinarme mi momento feliz…
Algo le decía a Bella; y ella se ruborizó; y luego el grandulón que estaba a lado lo corrió prácticamente pero ella la hermosa chica le dio un codazo juguetón y se rio con él, no sé quien era; pero eso no me agrado. ¿Y quién eres tú? Para andar diciendo con quién debe estar y con quién no me reclame a mí mismo; pero tal vez no fue él si no el otro; me paré y hable con uno de los monitores:
-Disculpa, ¿me podrías mostrar donde encuentro la habitación número 20?
-Claro, sígueme- me dijo. Empezamos a caminar, estaba furioso; bueno eran varias emociones pero ninguna agradable; era una mezcla de tristeza, con furia, desilusión y más…
-Edward, cálmate o te vas a arrepentir- dijo mi hermana Alice, alcanzándome. La mire, y pude ver en sus ojos a lo que se refería, me voltee y vi a la chica, después a Tyler y luego al grandulón; me enfurecí más y quise saber porque actuaba así con el grandulón. El cielo retumbó haciendo eco de mi furia, parece como si en vez de ser hijo de Zeus, lo era de mi tío Hades.
-Cálmate, se van a dar cuenta- me dijo ella tomándome por los hombros e hizo que la mirara, asentí con la cabeza, y trate de calmarme. Con eso y lo que mi hermana estaba haciendo logramos hacer que el cielo dejará de retumbar… aunque no lo crean a veces, no los podemos controlar y simplemente hacen eco de nuestras emociones.
Nos dirigimos a la puerta, no miré atrás, cuando llegamos donde se encontraba Laurent que nos miró con desprecio, eso no me agrado y por lo que vi tampoco a Alice.
-Tengan cuidado, aquí hay humanos y ellos no deben saber nada. Por suerte no se dieron cuenta… pero créanme no quieren ponerse en evidencia.
-No volverá a pasar- dijo Alice algo molesta. Laurent se volteo hacia donde se encontraba el director el cual asintió.
-Vamos- dijo Laurent.
Salimos y tuve una gran necesidad de mirar hacia atrás y volver a verla. Pasamos por un corredor y subimos escaleras y escaleras, y más corredores. Llegamos un pasillo, y había cuatro puertas, no sabía en qué parte del Instituto estábamos, pero esas cuatro puertas, parecían fuera de lugar.
-¿Aquí son las habitaciones?- preguntó Alice.
-Son puertas para salas comunes, y de ahí a las habitaciones, no sé cómo están por dentro, pero ustedes sabrán a donde ir. ¡Eterba!. Pasen, creo que se dividen en dos su sala común y luego ya encontraran su habitación.
-¿Cómo abriste la puerta?
-ES un hechizo.
-¿Por qué cuatro puertas? ¿Y cómo abriremos nosotros la puerta?- pregunté.
-Bueno una cosa a la vez. Son cuatros para cada tipo de estudiante. La 1° es para nosotros los hechiceros. La 2° es para ustedes los semi-dioses, la 3° es para los vampiros y la última es para los humanos. Y ustedes la abrirán con su mano; con que más, querían que usar el hechizo o qué.
-Sí, claro.
-Recuerden, a las 12:00 empiezan sus actividades, chequen para ver con que empiezan, y bueno en su recamara encontrara lo que necesiten.
-Gracias- dije en tono amable.
Se fue, y nosotros entramos la sala era grande y muy linda, tenía un estilo de Grecia antigua; al que Alice soltó un chillido, que casi me rompe el tímpano.
-Alice, ¿Qué te pasa?- le dije tapándome el oído.
-Es hermoso; pero hay dos puertas, a cual vamos.
En una puerta decía Θεά (Dioses mayores) y en la otra decía Λιγότερο θεοί (Dioses menores), genial, iba a ver una diferencia, eso no puede ser bueno.
-Creo que deberíamos entrar en está, lee lo que dice…
- Θεά, dioses mayores. Zeus es el más grande, de acuerdo, vamos.
Entramos y había otras puertas, con números en las puertas, Alice corrió hasta una puerta, -Edward, vamos, apúrate ya quiero entrar- apresure el paso; cuando llegue Alice tenía una mano en la puerta para empujarla, debajo del numero había una inscripción.
- Για τους γιους μου, Edward και Alice (para mis hijos Edward y Alice)- leyó mi hermana. Se emocionó, y empujo la puerta.
Wow! Esa era una palabra que se quedaba corta, la habitación era asombrosa, había dos camas, diferentes, y muy notable para quien era cada una. A lado de cada cama estaban las maletas de cada uno, la habitación era grande, había adornos, y su interior tenía un toque moderno pero a la vez un toque de la Grecia antigua, parecía como si estuviera dividido, un gran armario en cada lado, un escritorio para cada uno, y era de oro; un dibujo que es clásico en la representación de Zeus, él entre las nubes con un rayo; el techo tenía el decorado del cielo. Había una especie de sala; era grande, en el fondo había dos puertas. Empecé a caminar hacia la puerta, y era el baño; tenía el estilo de la gracia antigua, creo que eso va a ser en toda la habitación. Salí, y vi a Alice acomodando su ropa, en su closet, ya estaba la mayor parte ocupada; y todavía le faltan 3 maletas, ella se trajo prácticamente toda la casa, y me obligo a mí a hacerlo, me acerque a una de mis maletas, la subí a mi cama e iba a abrirla cuando una mano blanquecina me lo impidió.
-Ni se te ocurra; yo la acomodaré, soy mejor que tú.
-De acuerdo- le dije satisfecho que no iba a tener que arreglar todo eso yo solo.

Pov. Bella
Ya habíamos terminado el desayuno, y le pedimos a James que nos llevara a la habitación número 20; el nos guío y encontramos cuatro puertas, ya había varios ahí, entrando y saliendo "Eterba" dijo con voz baja.
-Es un hechizó; recuerden la primera puerta. La segunda es para semi-dioses, la tercera vampiros y la cuarta los mortales- dijo en un susurró –Su habitación la encontraran rápido, es una de las primeras. En su cuarto encontraran todo lo que necesiten.
-Es una habitación para los dos, ¿no?-preguntó Emmett.
-Si, en hermanos eso se aplica; encontraran una puerta al final, esa da a los dormitorios, está es la sala principal. Hasta luego.
Emmett y yo asentimos. Entramos, y vimos ya a varios en la sala, nos dirigimos a la puerta; pasamos a un corredor, y buscamos nuestra habitación.
-Ven, aquí está la habitación Emmett- se acerco a mi; abrió la puerta y entramos. Me quede sin palabras, era muy linda, sencilla pero muy linda, parecía que estaba dividida en dos, una parte para cada uno. Había dos escritorios, y una pequeña sala, las camas eran simples sin embargo muy lindas, había dos puertas al final, supuse que era el baño; había dos guardarropas gigantes, me dirigí hacia ellos y era para guardar todo, hasta los zapatos.
-Hermanita; crees que podamos usar magia para acomodar la ropa y las maletas.
-Supongo que sí, pero que tal si…
-No va a pasar nada, tranquila.
-Flojera tengo yo, De mis cosas acomodar, Una ayuda voy a utilizar, Y todo acomodado quedará- dijo mi hermano; su mano señalo las maletas de ambos, y una chispa hubo y todo quedó acomodado.
-Si nos mete en problemas esto…
-No, tranquila- trató de tranquilizarme mi hermano; saqué mi laptop y la acomodé en mi escritorio. No me podía quejar la habitación era muy hermosa, el techo era de color blanco y las paredes de un color turquesa, había una televisión y Emmett comenzó a instalar su consola Wii; yo acomode mis libros, y mi laptop. Chequé mi horario de clases; tenía una clase de hechicería, empecé a acomodar mis cosas en mi mochila, guarde mi túnica en mi mochila también; solo hay que esperar a que de la hora.

Pov. Rosalie
-Jazz, apúrate.- Le dije a mi hermano; me llamó Rosalie, mi hermano es Jasper, nos convirtieron ya hace tiempo; somos vampiros, a petición de nuestros padres adoptivos Carlise y Esme, nos convirtieron de venir a este Instituto; ellos van a enseñar; hay humanos, semi-dioses y hechiceros a parte de nosotros; aunque para los que son como nosotros es para acostumbrarnos a estar cerca de los humanos. Mi familia y yo somos vegetarianos hay más como nosotros pero no todos, en si es como una escuela común para nosotros y los humanos; los que tienen clases especiales son los semi-dioses y los hechiceros.
-Ya, vámonos- nos dirigimos a nuestras habitaciones; ya habíamos venido antes; por nuestros padres. Van a ser maestros aquí, y tenían que conocer antes que los demás la escuela además de conocer a los otros maestros.
Abrimos la tercera puerta. Y buscamos nuestra habitación; llegamos, y comencé a arreglarme para mi primera clase.
-Oye, te arreglas por si ves al chico del tren, ¿verdad?
-No, lo hago porque quiero.- Desde que ese chico me miro en el tren, mi hermano no deja de molestarme, eso me molesta, el se dio cuenta de lo que sintió el chico cuando me vio, ese es su don. Sentir las emociones de los demás, por desgracia yo no tengo ninguno.
Aunque parezca que nos odiamos, no es así. Simplemente bromeamos entre nosotros, somos unidos. Y siempre nos apoyamos, pero como a la mayoría de los hermanos nos pasa, llegamos a pelear entre nosotros. El empezó a jugar con su consola; yo busqué en mi armario que podría usar, decidí ponerme unos jeans ajustados, una blusa blanca con chaqueta de mezclilla. Me puse mis zapatos blancos, prepare mis útiles, y me senté en mi tocador y comencé a ver cómo arreglar mi cabellos.
Hoy va a ser un gran día, y con este día comienza la aventura…

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