Los personajes no
son míos son de SP yo solo los uso en mi alocada imaginación. Está prohibida su
copia parcial o total de este fic.
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Pov. Edward
Sentía como alguien jalaba de mi mano y
tratando de despertarme me removí en mi asiento y los dolores por haber dormido
en una mala postura comenzaron a aparecer. Cuando logre abrir los ojos vi como
Renata era la que jalaba de mi mano.
-Hey, ¿cómo te sientes?-dije tratando de
quitarme el sueño restante de mi cuerpo, ella hizo el intento de quitarse la
máscara de oxígeno pero la detuve. –No puedes quitártela a menos que lo diga el
doctor. No tienes idea de lo preocupado que me sentía por ti…
Me estaba acercando para darle un beso en
la frente pero me detuvo con su mano, me quede sorprendido y con cierto temor
de como fuera a actuar por lo del día anterior. Le iba a preguntar el porqué de
su rechazo pero el doctor decidió entrar antes de que algo saliera de mis
labios.
-Veo que ya has despertado, bien te
quitaremos ya el oxígeno ya no lo necesitas- una vez retirado, lo primero que
hizo fue inhalar profundamente –y bien ¿cómo te sientes?
-Algo débil-contestó con la voz ronca y muy
baja.
-Es normal, estuvo a punto de darte
hipotermia; la lluvia y el aire frío no son una buena combinación y mucho menos
si no te abrigas.
-Sí, lo tendré en consideración Emmett.
Cuando me puedo ir a mi casa.
-Déjeme adivinar no eres fanática de los
hospitales ¿cierto?-pregunto Emmett con una sonrisa. Nunca le había visto
sonreírle y fue muy raro.
-No, no soy fanática de los
hospitales-contesto Renata con una débil sonrisa.
-Pues este día te quedaras y te tendremos
en observación y de ahí depende si te mandamos a casa o si sigues aquí por un
tiempo más- Renata al oír esto hizo un mohín ante el cual no pude evitar
sonreír por lo tierna y linda que se veía. –Bien los dejaré solos, con permiso-y
dicho y hecho se fue dejándonos en un incomodo silencio.
Renata no me veía a los ojos, solo miraba
al frente y yo a un lado de ella sin saber que decir o que hacer… moría por
saber si fue ella la chica que vi… necesitaba saber si seguíamos juntos o porque
no fue a nuestro apartamento en lugar de con mi madre… que le había dicho a mi
madre…
-¿Cómo supiste dónde estaba?-preguntó ella
rompiendo el silencio.
-Mi madre me llamó cuando te pusiste mal.
¿Por qué te mojaste?
-Lo siento papá… estaba caminando y me perdí
cuando empezó a llover así que llame a Esme.
-¿Y por qué no hablarme a mi? ¿En dónde estabas
caminando?
-Acaso es un interrogatorio y estoy en
problemas… acaso mate a alguien. No así que deja de comportarte como mi padre…
-Te vi- dije interrumpiendo su discurso –vi
como corriste en el parque…
-En ese caso yo también te vi, ¿y?-dijo
restándole importancia.
-¿No planeas reclamarme ni nada?
-¿Serviría de algo?-dijo regresando mi
pregunta. –Si te reclamo terminaríamos peleando, y no cambiaría el hecho de que
vi como estabas con ella riendo como no lo haces conmigo… Edward solo dime algo
y con toda la verdad ¿me amas?
-Si, y el hecho de no saber donde estabas
ni de saber si estabas bien o no me ayudo a entender que te amo… Y lamento
mucho haberte lastimado este tiempo, pero te prometo que eso va a cambiar, te
lo juró- me acerque a ella lentamente y uní nuestros labios sellando mi promesa
y totalmente decidido a cumplirla…
-Perdón, no quería interrumpir-dijo una voz
débil desde la entrada que conocía demasiado bien –será mejor que regrese
después.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías de…-preguntó
Renata siendo interrumpida por la respuesta de Isabella.
-Llame a Emmett, me quede preocupada.
Quería saber como seguías.
-Pues gracias por preocuparte Bella. Ya
estoy fuera de peligro supongo-dijo sonriéndole.
Admiré a Renata por eso, no le reclamo nada
a Isabella ni a mí mismo, nunca armó un escandalo por algo que muchas personas
si harían.
Isabella nos miraba a ambos y a un punto
entre los dos, seguí su mirada y me percate de que tenía a Renata tomada de la
mano, iba a retirar mi mano pero algo me detenía, tenía miedo de perderla pero
sabía que Renata no se merecía que la lastimará así.
-Bien, veo que ya estás bien. Será mejor
que me vaya, debo ir por Alec-dijo metiendo sus manos en sus bolsillos de su
pantalón y retrocediendo lo poco que había ingresado en la habitación. –Nos
vemos- dijo despidiéndose con la mano y cerrando la puerta detrás de ella; una
parte de mi se fue con ella y esperaba que fuera la llave de la puerta que
libera las emociones que antes sentía por ella.
-¿Dónde está Esme?-preguntó Renata después
de un rato.
-Creo que se fue… en cuanto Emmett me dijo
que podía pasar a verte entre y ya no salí.
-Cuando la vea le agradeceré por lo que
hizo por mi.
Le sonreí y le di un beso algo profundo, al
separarnos entró una enfermera con una charola de comida; se quejó un poco pero
al final se la terminó comiendo y pasamos el resto del día viendo televisión, o
jugando cartas las cuales me prestó Emmett.
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Ya había pasado una semana desde que salió
del hospital y había tratado de no separarme de ella, mi madre iba a la casa a
cuidar de ella mientras yo trabajaba; ella ya estaba andando por toda la casa y
buscando en internet algo que pudiera hacer. Hoy la llevaría a cenar y le daría
la sorpresa del casting que estaban haciendo en el teatro Collins, ella amaba
bailar así que creo que era un buen trabajo provisional en lo que encontraba algún
trabajo acorde a su carrera de comunicaciones.
En cuanto llegue al departamento, Renata
corrió a recibirme.
-Ya estoy lista-dijo en cuanto se separó de
mí.
-Eso me parece perfecto, pero que te parece
si hacemos un cambio de planes y nos quedamos aquí y…
-Y nada, Edward me prometiste que hoy
saldríamos-dijo haciendo un puchero.
-Bien, andando.
Cuando llegamos al restaurante y nos dieron
mesa Renata comenzó a platicarme de lo que había estado haciendo en su día, una
vez que termino comenzó a hacerme preguntas sobre mi día. Cuando terminamos de
hablar de nuestros días y de comer, decidí darle la sorpresa.
-Renata recuerdas que me habías mencionado
que querías hacer algo ya… algo de trabajo y demás-ella asintió, sin saber
hacía donde iba mi conversación.-Bueno encontré esto entre los papeles que me
llegaron hoy al trabajo-dije tendiéndole la hoja. Al leerla su emoción se notó
incluso en sus ojos, me miraba y miraba al papel supongo que sin saber muy bien
que decir.
-Edward sabes lo que significa esto…
-Supongo que tendrás que prepararte para
una buena audición-dije con una sonrisa en el rostro.
-Muchas gracias, amor; esto es… no lo
merezco Ed…
-Claro que lo mereces; además te mereces
más que esto; iras cierto?
-Claro que sí, aunque no sé si aún tenga el
toque para esto…
-Vas a ver que sí, solo investiga de que va
la obra-ella solo asintió como una niña pequeña.
Después de eso y del postre, nos fuimos a
casa por petición de Renata. En cuanto cerré la puerta del departamento, sus
labios atacaron los míos; mis manos fueron directo a sus caderas, ella se
arqueó hacía mi logrando un poco de fricción entre nuestros sexos, el gemido
que surgió de mi fue ahogado en su boca, llegamos al dormitorio con suerte,
pronto la ropa salió sobrando y ya estábamos listos para unirnos, pero decidí
hacerla sufrir un poco; baje mis labios a su cuello y de ahí baje a sus pechos,
donde me entretuve con un pezón mientras que con mi mano masajeaba el otro, mi
nombre salía en pequeños jadeos de sus labios; baje mis labios por su abdomen y
cuando estaba a punto de llegar a su intimidad, bese sus muslos y de ahí sus
piernas; el quejido por su parte me causo diversión, ella jalaba de mis cabellos
tratando de que besará su sexo, pero tenía otros planes; así que cuando comencé
un camino de ascenso volví a saltarme su
sexo y me volví a entretener con sus senos, el agarre sobre mis cabellos se
hizo más intenso y ella comenzó a retorcerse bajo mi cuerpo llegando así a su
orgasmo.
-¿Cómo… cómo hiciste eso?-me preguntó entre
jadeos.
-Con mi boca-dije besándola e
introduciéndome lentamente en ella, estaba muy mojada por sus jugos y caliente,
cuando estuve por completo dentro de ella comencé a moverme como si se me fuera
la vida en ello; mi nombre salía de sus labios, sin embargo yo no me atrevía a
hablar, solo me limite a besarla. En cuanto ella tuvo su segundo orgasmo, yo me
deje ir derrumbándome sobre su cuerpo.
-Te amo-me dijo al oído mientras acariciaba
mis cabellos. La bese en el hombre y dije un “yo también” con la voz muy débil.
Salí de ella y la abrace dejándome llevar por el sueño después de que ella se
quedó dormida.
……-----------………
Cuando me desperté Renata ya no estaba a mi
lado, me pare y me aliste para mi trabajo. En cuanto salí de nuestra habitación
la vi sentada en el desayunador con su computadora.
-¿Qué hace mi bella novia esta mañana?-le
dije al oído y besando su cuello.
-Busco información de la obra, y averigüe
que es acerca de una chica que quiere triunfar en Hollywood. Y encontré que...
a que no logras adivinar?- me dijo dándole más suspenso a su nueva información;
parecía una niña con juguete nuevo y no podía ponerme más feliz por eso.
-Ok, veo que no vas a adivinar así que te
lo diré… todavía no hay protagonista- dijo sonriente y moviendo sus manos
emocionada. –Por lo que planeo adicionar para ese papel, si no lo obtengo y aun
así logro hacer una excelente audición tendré otro papel… o eso espero. Como
sea adicionaré para el protagónico-dijo satisfecha consigo misma.
-Lo obtendrás amor, lo sé. Tengo que ir a
trabajar… necesitas algo? Que te lleve a algún lugar o algo?
-No, gracias. Estaré aquí poniéndome en
forma y practicando algunas cosas; veré que hare en mi audición y preparare mi
curriculum. Cuídate-dijo dándome un beso en los labios.
Cuando nos separamos, salí rumbo al
trabajo. Llegue sin ningún contratiempo, por lo que comencé a avanzar con cosas
pendientes, revisando algunas campañas y organizando otras; simplemente amaba
mi trabajo y la libertad que me dio Vladimir en mi trabajo.
-¿Se puede?- preguntó una voz que pensaba
que no escucharía en un buen tiempo.
-Sí, pasa. ¿Cómo has estado?-le pregunte al
tiempo que le indicará que se sentará.
-Bien. Renata, ella…
-Ya está mejor, gracias por preguntar.
-No hay porque, vine porque necesitaba un
consejo acerca de mi restaurante…
-Sí, claro. Dime en qué te puedo ser
útil-pregunte, tratando de no sentirme incomodo, pero el ambiente estaba algo
tenso entre nosotros, y con el vestido que llevaba Bella se veía increíblemente
guapa y yo no era exactamente inmune a sus encantos.
-En muchas cosas… omite eso, no sé porque
lo dije. Verás es sobre la disposición de los muebles y la pista de baile, no
estoy muy segura de cómo me habías dicho, ¿crees que puedas ir y volver a
decirme la distribución?
-Sí, ¿tienes tiempo ahorita? Y a avance con
el trabajo y tengo unos momentos libres.
-Eso sería magnífico-dijo asintiendo al
mismo tiempo con la cabeza, se puso de pie y nos guie a la salida.
Una vez en el estacionamiento cada quién se
subió a un auto y la seguí rumbo a su restaurante, tenía un presentimiento de
algo pero nunca le había dado mucho sentido a esos presentimientos así que lo
deje pasar.
En cuanto llegamos, y entramos al lugar,
tenía un mejor aspecto, aún había algunas paredes que estaban en proceso de
pintarse, pero el lugar tenía buen aspecto. Le volví a indicar la distribución
que haría que el lugar tuviera más espacio y mejorara en su visión.
-No oigo ruidos de obreros-le dije mirando
alrededor percatándome de que no había nadie más que nosotros.
-Oh bueno es que es como su hora de
desayuno, por lo que llegarán un poco más tarde, soy de la idea que si los
tratas bien su trabajo será muy bueno-dijo al tiempo que sonreía.
-Bien, creo que ya eso es todo- dije
tratando de poner distancia entre ambos, porque conociéndome cedería con ella,
y no quería lastimarla más, ni a ella ni a Renata ni a mí. Pero al alejarme más
de ella cometí el error de escanearla de pies a cabeza, percatándome de los
tacones que hacían ver sus piernas más largas, así como del vestido color azul
que se ceñía en su cintura y caí de forma grácil, y de que el corte en la parte
de sus senos por parte del vestido los hacía ver exquisitos y eso sumado a la
coleta alta que permitía que su cuello luciera de forma galante y todo en
combinación con sus labios que invitaban a besarlos y esos expresivos ojos
color chocolate que esperaba que me estuviera volviendo loco porque veía anhelo
en ellos.
-Sí, muchas gracias por venir-dijo
sonrojándose cuando se percató de mi escrutinio, se giró sobre sus talones pero
no tomo en cuenta que en el piso había un platico para evitar que la pintura
manchara la madera y casi cayó al suelo, pero logre atraparla lo cual a lo
mejor fue un error, porque nuestros rostros quedaron muy cerca, demasiado
quizás. –Yo…
-No digas nada-la corte cuando estaba a
punto de hablar. Nos enderece pero no me separe de ella, al contrario la
acerque más a mí, sus manos pasaron a mi cuello y comenzó a jugar con mi
cabello y al segundo siguiente estaba besándola con toda la pasión que había
contenido y con el deseo que crecía en mi cada segundo que estábamos lejos.
La bese y caminamos rumbo a su oficina
donde después de cerrar la puerta, la recargue con ella y comencé a recorrer su
cuerpo con mis manos, baje mis labios a su cuellos y pequeños gemidos
comenzaron a salir de boca; tome sus senos con mis manos y los masaje hasta que
logre sentir sus pezones erectos. Pase mis manos a su espalda y ella me empujó
hacia su escritorio donde fue desabotonando los botones de mi camisa mientras
yo buscaba el cierre de su vestido, cuando lo encontré lo deslice y me deleite
al ver un conjuntito de encaje de color azul. Nos gire y logre hacer a un lado
todo para poder acostarla sobre el escritorio, mientras yo me deshacía de su
ropa interior, ella se deshizo de mi pantalón y mi bóxer, al sentir libre mi
erección busque su entrada, al tocarla con mis dedos soltó un grito de placer,
sus manos buscaron mis cabellos y me jalo hacía su boca, me posicione en su
entrada y en un solo movimiento me enteré en ella. No dejo de besarme en todo
momento, y sus gemidos quedaban en mi boca. Conforme fui sintiendo que me
tensaba más, aumente el ritmo cuando ella llegó a su orgasmo sentí como mi
glande vibraba y la seguí en el estallido de placer.
-Eso fue…
-No lo digas, no lo digas Bella. Esto fue
un error, Renata…
-No estabas pensando en ella precisamente
así que no me vengas ahorita con Renata, Edward ¿Por qué estas con ella?- trate
de separarme de ella, pero al hacerlo ella se aferró a mí y termine
levantándonos a los dos.
-Estoy con ella, porque… porque… somos
novios y mi mamá le tiene afecto y…
-¿Por qué no dijiste la palabra “amor”?
Edward sé que ella no se merece eso, pero y nosotros ¿Qué nos merecemos? ¿No
merecemos la felicidad acaso?
-Tal vez, pero esta no es la forma; tengo
que irme como te dije esto fue un…
-Ahora soy yo la que te pide que no hables,
no arruines el momento más de lo que ya se arruino- dijo bajando sus piernas y
separándonos en el proceso, eso me hizo sentirme incompleto y desdichado.
–Supongo que pe dirás que finjamos que no paso.
-Sí eso te pediré. Bella…
-No, ya entendí; te vas a quedar con ella,
yo sé que hice mal en irte a buscar y mi excusa no fue la mejor pero no me
arrepiento. Supongo que nos veremos luego, para la boda de Alice y Jasper.
-Sí, hasta luego Bella-me vestí lo más
rápido que pude, mientras ella hacía lo mismo. En ningún momento me miro pero
en un momento logre ver las lágrimas que salían de sus ojos chocolate y me
sentí aun peor, decidí no mirar atrás y no decir ni una palabra y solo irme de
ahí y tratar lo que paso en esa oficina… pero a quien lograba engañar todo lo
que vivo con ella no lo olvidaré nunca…
Pov. Renata
Más feliz no podía estar, Edward estaba la
mayor parte de su tiempo libre conmigo, y me dio la dicha más grande del mundo,
una audición para bailar. En cuanto se fue del trabajo seguí investigando
acerca de la obra, pero también acerca de Alice; esa enana me las iba a pagar
solo que no como planeaba ya que si se apartó de mi camino y del de Edward, en
cuanto a la zorra de Isabella… bueno ella ya era como una foto vieja guardada y
enterrada, Edward cada vez me decía más te amos y cuando hacíamos el amor era
mi nombre lo que decía, además de que me decía palabras de lo más dulces.
Seguí con mi investigación cuando tocaron
el timbre, cerré la página de la información de la investigación acerca de
Alice, para dejar solo la de la obra; pensando que era Esme que había olvidado
las llaves abrí sin ni siquiera asomarme a ver quién era.
-Pero si es la zorra en persona… que acaso
vas a vivir de mantenida toda tu vida?
-Alice y Rosalie pero que sorpresa, tanto
tiempo sin verlas, ¿Cómo les ha ido en el negocio de abrir las piernas a todo
el que se les ponga enfrente? Seguro que camino hacia acá encontraron a muchos
hombres desesperados por tener sexo rápido y fácil.
-No sé mucho acerca de ese negocio pero tú
debes de saber más debido a que la mayor parte del tiempo que te vemos estas de piernas abiertas.
-Bueno ¿Qué quieren? Digo aparte de venir a
insultarme.
-Venimos a buscar a Edward y a
Bells-contesto la rubia operada, con una sonrisa en el rostro.
-Bueno pues Edward no está aquí, está
trabajando e Isabella no vive aquí y no se me ocurre ninguna razón por la cual
debería estar aquí.
-Pues es que como los vimos salir del
trabajo de Edward pensamos que estarían aquí- dijo la enana con una voz muy
dulce y mirándome con diversión.
-Pues aquí no están, y si no tienen más que
decir, les pediré que se vayan estoy ocupada-dije tratando de que no se dieran
cuenta cuanto me afecto esa declaración.
-Ocupada… ¿tu? Acaso te ocupas de algo.
-Sí, y son muchas cosas así que… adiós-dije
cerrando la puerta en sus rostros, escuche sus risas mientras me recargaba en
la puerta y sentía que lagrimas se derramaban por mis ojos.
-Vamos Renata, piensa y no te dejes llevar
por esas idiotas, llámalo.- me dije a mi misma.
Busque el teléfono y marque a su oficina,
donde me dijeron que había salido, nada contenta llame a su celular, el cual al
tercer timbrazo fue contestado.
-Edward, oye ¿Dónde estás? Es que quería
saber si vendrás a comer y…
-No soy Edward-dijo una voz femenina al
otro lado de la línea –soy Bella, sé que suena muy raro pero es que…
-¿Qué haces tú con el teléfono de
Edward?-pregunte tratándote controlar mi rabia.
-Bueno es que necesitaba ayuda con algo del
restaurante y olvido su celular y…
No quise escuchar más y colgué, sé que así
le daría gusto pero no tenía ganas de seguir escuchándola… Sentía tanto dolor y
furia que cuando sonó el teléfono y en el identificador vi que era mi hermano,
supe que el momento había llegado y no había vuelta atrás.
-Hermanita, te pasare a mi colega; pero
antes es tu ultima oportunidad, ¿segura que aceptarás todo esto?
-Segura.
-Bien no tendrás que pagar nada, todo es
por un favor que me debe… pero sabes que si llega a pedir más solo tienes que
decirme y yo me encargare de eso.
-Lo sé-al otro lado escuche el ruido del
celular cuando mi hermano se lo dio a su colega.
-Buenas tardes señorita Denali.
-Usted sabe mi nombre pero yo no sé el
suyo, eso no es muy justo dado el trabajo que hará para mí.
-De acuerdo, me agrada su seguridad, eso la
llevará lejos. En dos horas estaré ahí, así que porque no nos vemos mañana a
las diez en el café Bristol y me llamo Carlise Cullen para servirle.
-Un placer Carlise, nos vemos mañana a las
diez- una vez dicho eso colgué, me gira y vi una foto donde aparecíamos Edward
y yo.
-Edward ya te estaba perdonando, pero bueno
todo se paga en esta vida y tanto tú como tu familia y amigos así como tu
amante pagarán por todo.
Ninguno sabía
que habían jugado con la persona equivocada…
Sé
que tarde mucho y que probablemente muchas ya no me lean, pero volví y espero
que se alegren y me sigan dando sus opiniones. Y estoy de vacaciones así que
espero publicar seguido, pero no prometo nada ya que he estado atravesando un
bloqueo y por más que trato mi mente está en blanco…
¿Qué
opinan del capítulo? Carlise aparecerá en escena y veremos cómo empezarán a
arruinar sus vidas desde cosas tan simples como con algunas más complejas…
espero sus ideas y comentarios.
Saludos
y nunca dejen de soñar
JimeBellaCullenSalvatore