viernes, 11 de enero de 2013

Capitulo 14


Los personajes no son míos son de SP yo solo los uso en mi alocada imaginación. Está prohibida su copia parcial o total de este fic.
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Pov. Renata
Llegamos al departamento y Edward ni siquiera un buenas noches dijo, simplemente se fue directo a su estudio que tenía en casa. Bastante dolida deje mis cosas sobre la mesa y me fui a mi propio despacho, un pequeño cuarto adornado y acomodado a mi estilo. Tenía cierta afición por la pintura y el dibujo, mire un dibujo que hice de Edward y mio; nos veíamos felices o al menos así yo lo sentía.
A lo mejor muchas personas pensaran que era una perra por no dejarlo ser feliz con la chica que él quería pero él me quiere a mi, Isabella solo es como un capricho por lo que llegue a saber por otras fuentes era la amante de Carlise y de pronto anduvo jugando con él y con Edward. Me senté en mi sillón con el dibujo entre las manos y deje que las lágrimas salieran sin ninguna contemplación de mis ojos; en verdad dolía en el alma el hecho de saber que la persona que amas y estarías dispuesta a dar la vida solo te ha usado y no ha sido sincero contigo; con esto y las lágrimas y el dolor profundo en mi pecho caí en los brazos de Morfeo.
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Me desperté en la habitación que compartíamos pero sin ningún rastro de él. Me levante y me di una ducha rápida, apenas y desayune un poco de fruta y salí a dar una vuelta; estaba segura que si me quedaba me comenzaría a deprimir de nuevo. Camine sin un rumbo fijo y tampoco me iba fijando mucho por donde andaba solo quería caminar y despejar mi mente.
Sabía que mi hermano me buscaría por la llamada que le había hecho; pero antes de decir por completo un sí, necesitaba estar segura de que no me arrepentiría; porque no solo era meter a mi hermano, era meter a Carlise, la persona que más daño le hizo a Edward y a Esme…
Esme, ella no sabía nada de la amante o al menos no quien era, que tal si se enterara. Podría no meter a ninguno y solamente buscar perjudicar a la mosca muerta yo sola; Esme nunca permitiría que Edward anduviera o tan solo hablara de la amante de su padre.
Ya tenía la respuesta, no metería a nadie más aunque hubiera alguien que podía quitarle a Isabella sin ningún problema y la haría sufrir con creces, lo único que haría sería decirle a Esme y después de la mentada boda pedirle a Edward que se fueran a otro lado.
Se sentó en una banca en el parque al que fue a dar, miro a su alrededor viendo los niños jugar y ciertas parejas de todas las edades pasear. Un cachorro corrió a sus pies, ella se limitó a sonreír a hacerle unas caricias.
-Ven Lucky-gritó un niño corriendo hacia donde se encontraba –lamento mucho si la molestó señorita.
-No te preocupes; es una hermosa cachorrita-contesto sonriéndole a la perrita que ahora estaba en brazos del niño.
-Gracias, lo siento me tengo que ir-y dicho eso el niño hecho a correr hacía el centro del parque donde lo esperaba una pareja, supongo sus padres.
Viendo en la dirección que se fue el niño, a lo lejos vi a dos personas caminando, no hubiera prestado tanta atención si no fuera por el color inusual de cabello que tenía el chavo; además de que algo me hacía no dejar de mirarlo, esforcé un poco más mi vista y ahí estaban: Edward e Isabella, algo le dijo él a ella que ambos se rieron y eso fue como estacas en mi corazón ya que nunca se había reído así conmigo; al verlo vi que se veía realmente feliz.
Se estaban acercando más hacia donde estaba yo y no estoy segura por las mugrosas lagrimas no me permitían ver con claridad, pero creo que él me llego a ver ya que su cara demostró algo de sorpresa; no lo pensé dos veces y corrí en la dirección opuesta hasta llegar a no sé que lugar, solo corrí lo más rápido que me permitieron mis piernas y rece para que fuera mi imaginación el hecho de que el me viera.
Me detuve cuando mis pulmones no dieron para más, jadeante mire a mi alrededor y me di cuenta que no fue la mejor idea el hecho de solo correr por correr, no tenía la más mínima idea de en donde me encontraba. Nunca había sido buena para ubicarme y en un país que no era el mío menos; no llevaba mi celular ni cartera solo las llaves del departamento y unas cuantas monedas en mis bolsillos. Sabía que debía llamarle a Edward pero no quería verlo, solo sentía rabia y dolor así que en cuanto vi un teléfono público no lo pensé como la primera vez y marque su número.
-Que bueno que llamas porque necesito saber si en verdad quieres que meta mis manos y las de mi socio en lo que sea que quieras-dijo en cuanto contesto.
-Sí, es más necesito hablar primero contigo antes de que le llegues a mencionar algo a él-conteste tratando de que mi voz sonará lo mejor posible.
-¿Por qué se te oye la voz ronca?-se noto su tono preocupado. Mi hermano a pesar de ser un cabrón, siempre se ha preocupado por mí y creo que lo seguirá haciendo aunque yo misma haya decidido alejarme de ellos, marcar ciertas distancias por el negocio que tenían.
-Creo que me quiero enfermar-me limite a contestar.
-No te creo, ¿Qué pasa Renata? ¿Qué problema tienes y con quién?
-Marcus no te lo quiero decir por teléfono, necesito que nos veamos. Crees que puedas venir a New York? Ahorita estoy aquí.
-¿Qué haces allá?
-Te lo contare cuando nos veamos, así que dime si puedes venir o voy a tener que viajar yo.
-Iré yo, en cuanto llegue te aviso y nos ponemos de acuerdo en el lugar.
-Bien, mientras podrías habilitarme mi cuenta para poder investigar algo- mi voz poco a poco sonaba más con rabia, las lágrimas iban quedando atrás al igual que la tristeza para dejarle paso al rencor.
-Hermanita yo no tendría ningún problema pero tu estas lista para entrar?
-Cuando puedo usar la cuenta?-le pregunte sin contestar abiertamente su pregunta.
-Esta misma tarde, te localizare por esa cuenta y por esa línea-contesto serio,
-De acuerdo, nos vemos Marcus- no le di tiempo a responder, simplemente colgué.
Suspire y me recargue en el vidrio, estaba consciente de que tendría que usar todo lo que me dije nunca usaría y que tendría que pagar con lo que fuera, pero también sabía que mi hermano me haría gastar lo menos posible y trataría de que no peligrara mi vida y no tuviera que dar algo más aparte del dinero.
Regresando al lugar donde estaba, decidí usar el resto del dinero que tenía y le llame a Esme, deseando que estuviera en su casa ya que fue el único teléfono que memorice.
-Diga-contesto al cuarto timbre.
-Esme, que bien que te encuentro… yo estoy perdida… no se donde estoy y…
-Calma, dame alguna referencia para que le llame a Ed…
-No, no le llames; yo no quiero verlo por ahora…-le dije interrumpiéndola.
-De acuerdo pequeña, entonces yo iré por ti.
Le di el nombre de la calle donde me encontraba y me dijo que esperara ahí; no podía moverme así que solo salí de la cabina y me senté en una banca que había cerca. Solo veía a la nada y en cabeza no dejaban de dar vueltas las palabras que hable con mi hermano y las imágenes de mi Edward con la mosca muerta de Isabella. Pequeñas gotas de agua comenzaron a caer y pronto era una lluvia que me empapo pero poco me importo, luchaba con mis sentimientos encontrados.
Un asunto plateado se paro en frente mio, y el claxon sonó indicándome que era Esme, cuando bajo un poco el vidrio fue cuando me pare de la banca y me dirigí a la puerta del copiloto.
-¿Te llevo a tu departamento?
-No, no lo quiero ver-deje caer mi cabeza en el respaldo y mire por la ventana preparándome para solo dejar salir el sentimiento de tristeza y dolor que sentía, ocultando la ira.
Llegamos pronto a su departamento, y en el camino no hablamos; y al llegar me sirvió un poco de té y una toalla para que me secara ya que me negué rotundamente a cambiarme de ropa.

-¿Qué es lo que pasó princesa? ¿Por qué no quieres ver a mi hijo?-pregunto una vez que ella se sentó también.
-Desde que llegamos, siento que cada vez se aleja más de mí. Y no es paranoia o algo similar, es solo que es como si una barrera se instalara entre nosotros y cada vez fuera mas ancha o no se Esme…
-Y no has hablado con él, por lo que veo; pero que fue lo que provoco que no quieras hablarle ahora?
-Esme, esto es vergonzoso…-deje la tasa de té sobre la mesa y tome mis manos nerviosa –vengo acusando a Edward por algo que deberíamos hablar entre nosotros.
-Eso es verdad, pero tómame por ahora como una amiga, no como tu suegra-dijo sonriéndome tratando de darme ánimos para hablar.
-Es que… como te dije desde que llegamos se ha instalado una barrera entre nosotros… a veces siento que él no me amo nunca y no sé que hacer; cuando vimos a sus amigos, ninguno me acepto del todo bien… me han hecho a un lado totalmente y…
-Cálmate hija, a lo mejor lo que falta es que convivas un poco más con ellos- me puse de pie tratando de calmar mi enojo.
-Sé perfectamente cuando no le caigo bien a alguien; además siento que él ve a alguien más-listo lo solté y la cara de Esme me demostró que había lanzado una bomba y que ahora me prestaría verdadera atención. Me volví a sentar un mareo y un dolor de cabeza comenzaba a desarrollarse en mi cuerpo.
-¿Estas totalmente segura de eso?-como decirle que si, sin decirle que su adorado hijo estaba siguiendo los pasos de su papi pero hasta fallándose a la misma tipa que su papi.
-No lo sé Esme, creo que si- me puse de pie tan rápido que el mareo se hizo más intenso; toque mi frente y estaba hirviendo; me gire a ver a Esme la cual veía fijamente al suelo y de pronto ya no sentía del todo mis piernas y todo se volvió negro y caí.

Pov. Edward
Había decidido reunirme con Isabella para poder hablar sobre su negocio y la boda de Alice, de lo que le había dicho que teníamos que conseguir nosotros y de la lista que le dio donde teníamos que buscar. Todo iba bien, no había metido la pata ni había hecho nada para hacerla sentir mal o algo de lo que solía hacer estando con ella. Íbamos por el parque cuando vi a Renata viendo justo hacía donde estábamos nosotros, que después de platicar sobre anécdotas graciosas con los novios así que íbamos a carcajada limpia; entonces fue cuando la vi, ella no quitaba la mirada de nosotros y vi la tristeza en sus ojos; murmure su nombre y ella pareció reaccionar ya que corrió en dirección opuesta, corrí tras de ella olvidándome un poco de Isabella, Renata no conocía la ciudad y no parecía que llevará cosas. La perdí entre la gente, saque mi celular y marque su número, pero nadie me contestaba.
Regrese con Isabella y ella me miraba preocupada -¿qué pasó?-,e pregunto en cuanto estuve lo bastante cerca.
-Creo que la que corrió era Renata, y ya la llame y no me contesta.
-A lo mejor y te equivocaste-me dijo tocando mi hombro.
-Vamos te llevo a tu casa, parece que va a llover pronto-me limite a contestar dándole el cortón.
El camino fue silencioso, y mientras tanto seguía intentando llamar a Renata pero en vano, no me contestaba. Deje a Isabella y me fui directo al departamento en busca de Renata, tenía demasiada desesperación por saber que no era la chica que vi, ya que no dejaba de ver en mi mente su mirada de dolor.
Entre y busque en todas las habitaciones, afuera los relámpagos iluminaban más de lo que una lámpara y al ver que no estaba en casa me preocupe aún mes viendo y escuchando la tormenta. La volví a llamar y sonó el celular, lo busque y di con el; por eso no contestaba el celular estaba en casa.
Tome dos chamarras y salí de la casa para buscarla en las calles, maneje por todos lados, seguí muchos caminos del parque para buscarla en todos los caminos pero no daba con ella, pasaban las horas y mi desesperación aumentaba.
Estaba a punto de llamar a hospitales o comisarias pero una llamada de mi madre me detuvo:
-Hijo, tienes que venir a mi departamento, Renata se desmayo y…
-No digas más, voy para allá-corte la llamada y me dirigí al departamento de mi madre.
Maneje como loco y no dejaba de pensar que era mi culpa la situación. En cuanto llegue corrí escaleras arriba, tenía una copia de la llave del edificio, así que llegue más rápido cuando estuve frente a la puerta la golpee tres veces antes de que Esme la abriera.
-Edward…
-¿Dónde está?-le pregunte entrando, no necesite respuesta ya que la vi acostada en el sillón; la toque y estaba helada, comenzó a temblar, vi que estaba empapada. –Mamá la llevaré al hospital, creo que le esta dando hipotermia, ¿por qué está tan mojada?
 -No lo sé…
Le eche la chamarra y la cobija que estaba en el otro sillón y la levanté en brazos abrazándola a mi cuerpo. La metí en el coche y encendí la calefacción; al poco rato subió mi madre en lo que la acomodaba en el asiento. Corrí a mi puerta y encendí el coche y arranque rumbo al hospital donde trabaja Emmett. Había pedido un traslado y le resulto mejor ya que ganaba un poco más.
En el camino le llame y le pedí que tuviera lista una camilla. En cuanto llegue salte fuera del coche y baje a Renata para llevarla dentro.
-¿Qué pasó?-me preguntó Emmett en cuanto me vio.
-Solo atiéndela por favor-puse a Renata en la camilla y al verla Emmett, primero reacciono viéndola mal pero después el médico salió disparando ordenes a las enfermeras y demás que había ahí, vi como se la llevaban y solo me recargue en la pared dejándome caer hasta el piso.
-Va a estar bien Edward-dijo mi madre sentándose en la silla de a lado.
-¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué estaba mojada?-pregunte queriendo saber que le había dicho a mi madre.
-No lo sé, tu dime; ¿qué fue lo que pasó?
-Yo tampoco lo sé, me lo dices como si pensarás que yo tuve algo que ver.
-¿Y no? Ella me dijo que siente que la engañas y que desde que llegaron te has alejado de ella.
Creo que las mujeres en verdad tienen un sexto sentido, aunque sabía que Renata no era tonta para no darse cuenta de mi distanciamiento.
-La lastime-me limite a decir sin mirar a mi mamá a los ojos.
-Si, y por lo que me dijo demasiado. Edward ¿la amas?
-Creo que si
-Tienes que quitar el creo Edward; ella te ama y no es justo que la lastimes así; y si crees que amas a alguien más, habla con ella y no la lastimes más, el peor de los sufrimientos es saberte no querida y que no puedas hacer nada porque solo eres como un objeto.
Después de eso nos quedamos en silencio esperando pacientemente a que Emmett saliera y nos dijera alfo sobre Renata.
En cuanto lo vi salir, no lo pensé dos veces y camine directo hacia él -¿Está bien?
-Si, estuvo a punto de darle hipotermia; logramos estabilizar su temperatura. Si quieres puedes pasar a verla, está dormida. Por cierto se le mandaron hacer unos estudios para checar que no se haya afectado algún órgano.
-Si, esta bien. Gracias Emmett.
Asintió y me palmeo el hombro –habitación 105, Esme-se despidió de mi madre y se fue a checar algo a recepción.
Camine hasta la habitación y al abrir la puerta la vi acostada en la cama con oxígeno y el suero conectado a su brazo. Me acerque con cuidando tratando de no despertarla, me pare a un lado de ella, se veía tan pacifica.
Jale una silla y me quede pensando en que desde que llegamos no la he visto dormir así; algo tenía que hacer no podía seguir jugando con ella, ni tampoco podía jugar con Isabella…
Hola! Si sigo viva, sé que he tardado años, pero con el cole, competencias y demás no he podido escribir mucho además de que he sufrido de bloqueos mentales, espero que me entiendan y les pido una disculpa por la demora.
Ahora ¿Qué les pareció mi capitulo? ¿Creen que Renata sea buena? ¿Mala? ¿O solo está ardida y dolida? Qué creen que vaya a pasar? Propuestas y puntos de vista son bienvenidos; un saludo
JimeBellaCullenSalvatore
¿Reviews?
P.D.: Gracias por sus favoritos y alertas así como los reviews del último capitulo J

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