Los personajes no
son míos son de SP yo solo los uso en mi alocada imaginación. Está prohibida su
copia parcial o total de este fic.
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Pov. Renata
Llegamos al departamento
y Edward ni siquiera un buenas noches dijo, simplemente se fue directo a su
estudio que tenía en casa. Bastante dolida deje mis cosas sobre la mesa y me
fui a mi propio despacho, un pequeño cuarto adornado y acomodado a mi estilo.
Tenía cierta afición por la pintura y el dibujo, mire un dibujo que hice de
Edward y mio; nos veíamos felices o al menos así yo lo sentía.
A lo mejor muchas
personas pensaran que era una perra por no dejarlo ser feliz con la chica que él
quería pero él me quiere a mi, Isabella solo es como un capricho por lo que
llegue a saber por otras fuentes era la amante de Carlise y de pronto anduvo
jugando con él y con Edward. Me senté en mi sillón con el dibujo entre las
manos y deje que las lágrimas salieran sin ninguna contemplación de mis ojos;
en verdad dolía en el alma el hecho de saber que la persona que amas y estarías
dispuesta a dar la vida solo te ha usado y no ha sido sincero contigo; con esto
y las lágrimas y el dolor profundo en mi pecho caí en los brazos de Morfeo.
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Me desperté en la
habitación que compartíamos pero sin ningún rastro de él. Me levante y me di
una ducha rápida, apenas y desayune un poco de fruta y salí a dar una vuelta;
estaba segura que si me quedaba me comenzaría a deprimir de nuevo. Camine sin
un rumbo fijo y tampoco me iba fijando mucho por donde andaba solo quería
caminar y despejar mi mente.
Sabía que mi hermano me
buscaría por la llamada que le había hecho; pero antes de decir por completo un
sí, necesitaba estar segura de que no me arrepentiría; porque no solo era meter
a mi hermano, era meter a Carlise, la persona que más daño le hizo a Edward y a
Esme…
Esme, ella no sabía nada
de la amante o al menos no quien era, que tal si se enterara. Podría no meter a
ninguno y solamente buscar perjudicar a la mosca muerta yo sola; Esme nunca
permitiría que Edward anduviera o tan solo hablara de la amante de su padre.
Ya tenía la respuesta, no
metería a nadie más aunque hubiera alguien que podía quitarle a Isabella sin
ningún problema y la haría sufrir con creces, lo único que haría sería decirle
a Esme y después de la mentada boda pedirle a Edward que se fueran a otro lado.
Se sentó en una banca en
el parque al que fue a dar, miro a su alrededor viendo los niños jugar y ciertas
parejas de todas las edades pasear. Un cachorro corrió a sus pies, ella se
limitó a sonreír a hacerle unas caricias.
-Ven Lucky-gritó un niño
corriendo hacia donde se encontraba –lamento mucho si la molestó señorita.
-No te preocupes; es una
hermosa cachorrita-contesto sonriéndole a la perrita que ahora estaba en brazos
del niño.
-Gracias, lo siento me
tengo que ir-y dicho eso el niño hecho a correr hacía el centro del parque
donde lo esperaba una pareja, supongo sus padres.
Viendo en la dirección
que se fue el niño, a lo lejos vi a dos personas caminando, no hubiera prestado
tanta atención si no fuera por el color inusual de cabello que tenía el chavo;
además de que algo me hacía no dejar de mirarlo, esforcé un poco más mi vista y
ahí estaban: Edward e Isabella, algo le dijo él a ella que ambos se rieron y
eso fue como estacas en mi corazón ya que nunca se había reído así conmigo; al
verlo vi que se veía realmente feliz.
Se estaban acercando más
hacia donde estaba yo y no estoy segura por las mugrosas lagrimas no me permitían
ver con claridad, pero creo que él me llego a ver ya que su cara demostró algo
de sorpresa; no lo pensé dos veces y corrí en la dirección opuesta hasta llegar
a no sé que lugar, solo corrí lo más rápido que me permitieron mis piernas y
rece para que fuera mi imaginación el hecho de que el me viera.
Me detuve cuando mis
pulmones no dieron para más, jadeante mire a mi alrededor y me di cuenta que no
fue la mejor idea el hecho de solo correr por correr, no tenía la más mínima
idea de en donde me encontraba. Nunca había sido buena para ubicarme y en un
país que no era el mío menos; no llevaba mi celular ni cartera solo las llaves
del departamento y unas cuantas monedas en mis bolsillos. Sabía que debía
llamarle a Edward pero no quería verlo, solo sentía rabia y dolor así que en
cuanto vi un teléfono público no lo pensé como la primera vez y marque su
número.
-Que bueno que llamas
porque necesito saber si en verdad quieres que meta mis manos y las de mi socio
en lo que sea que quieras-dijo en cuanto contesto.
-Sí, es más necesito
hablar primero contigo antes de que le llegues a mencionar algo a él-conteste
tratando de que mi voz sonará lo mejor posible.
-¿Por qué se te oye la
voz ronca?-se noto su tono preocupado. Mi hermano a pesar de ser un cabrón,
siempre se ha preocupado por mí y creo que lo seguirá haciendo aunque yo misma
haya decidido alejarme de ellos, marcar ciertas distancias por el negocio que
tenían.
-Creo que me quiero
enfermar-me limite a contestar.
-No te creo, ¿Qué pasa Renata?
¿Qué problema tienes y con quién?
-Marcus no te lo quiero
decir por teléfono, necesito que nos veamos. Crees que puedas venir a New York?
Ahorita estoy aquí.
-¿Qué haces allá?
-Te lo contare cuando nos
veamos, así que dime si puedes venir o voy a tener que viajar yo.
-Iré yo, en cuanto llegue
te aviso y nos ponemos de acuerdo en el lugar.
-Bien, mientras podrías
habilitarme mi cuenta para poder investigar algo- mi voz poco a poco sonaba más
con rabia, las lágrimas iban quedando atrás al igual que la tristeza para
dejarle paso al rencor.
-Hermanita yo no tendría
ningún problema pero tu estas lista para entrar?
-Cuando puedo usar la
cuenta?-le pregunte sin contestar abiertamente su pregunta.
-Esta misma tarde, te
localizare por esa cuenta y por esa línea-contesto serio,
-De acuerdo, nos vemos
Marcus- no le di tiempo a responder, simplemente colgué.
Suspire y me recargue en
el vidrio, estaba consciente de que tendría que usar todo lo que me dije nunca
usaría y que tendría que pagar con lo que fuera, pero también sabía que mi
hermano me haría gastar lo menos posible y trataría de que no peligrara mi vida
y no tuviera que dar algo más aparte del dinero.
Regresando al lugar donde
estaba, decidí usar el resto del dinero que tenía y le llame a Esme, deseando que
estuviera en su casa ya que fue el único teléfono que memorice.
-Diga-contesto al cuarto
timbre.
-Esme, que bien que te
encuentro… yo estoy perdida… no se donde estoy y…
-Calma, dame alguna
referencia para que le llame a Ed…
-No, no le llames; yo no
quiero verlo por ahora…-le dije interrumpiéndola.
-De acuerdo pequeña,
entonces yo iré por ti.
Le di el nombre de la
calle donde me encontraba y me dijo que esperara ahí; no podía moverme así que
solo salí de la cabina y me senté en una banca que había cerca. Solo veía a la
nada y en cabeza no dejaban de dar vueltas las palabras que hable con mi
hermano y las imágenes de mi Edward con la mosca muerta de Isabella. Pequeñas
gotas de agua comenzaron a caer y pronto era una lluvia que me empapo pero poco
me importo, luchaba con mis sentimientos encontrados.
Un asunto plateado se
paro en frente mio, y el claxon sonó indicándome que era Esme, cuando bajo un
poco el vidrio fue cuando me pare de la banca y me dirigí a la puerta del
copiloto.
-¿Te llevo a tu
departamento?
-No, no lo quiero
ver-deje caer mi cabeza en el respaldo y mire por la ventana preparándome para
solo dejar salir el sentimiento de tristeza y dolor que sentía, ocultando la
ira.
Llegamos pronto a su
departamento, y en el camino no hablamos; y al llegar me sirvió un poco de té y
una toalla para que me secara ya que me negué rotundamente a cambiarme de ropa.
-¿Qué es lo que pasó
princesa? ¿Por qué no quieres ver a mi hijo?-pregunto una vez que ella se sentó
también.
-Desde que llegamos,
siento que cada vez se aleja más de mí. Y no es paranoia o algo similar, es
solo que es como si una barrera se instalara entre nosotros y cada vez fuera
mas ancha o no se Esme…
-Y no has hablado con él,
por lo que veo; pero que fue lo que provoco que no quieras hablarle ahora?
-Esme, esto es vergonzoso…-deje
la tasa de té sobre la mesa y tome mis manos nerviosa –vengo acusando a Edward
por algo que deberíamos hablar entre nosotros.
-Eso es verdad, pero tómame
por ahora como una amiga, no como tu suegra-dijo sonriéndome tratando de darme
ánimos para hablar.
-Es que… como te dije
desde que llegamos se ha instalado una barrera entre nosotros… a veces siento
que él no me amo nunca y no sé que hacer; cuando vimos a sus amigos, ninguno me
acepto del todo bien… me han hecho a un lado totalmente y…
-Cálmate hija, a lo mejor
lo que falta es que convivas un poco más con ellos- me puse de pie tratando de
calmar mi enojo.
-Sé perfectamente cuando
no le caigo bien a alguien; además siento que él ve a alguien más-listo lo solté
y la cara de Esme me demostró que había lanzado una bomba y que ahora me
prestaría verdadera atención. Me volví a sentar un mareo y un dolor de cabeza
comenzaba a desarrollarse en mi cuerpo.
-¿Estas totalmente segura
de eso?-como decirle que si, sin decirle que su adorado hijo estaba siguiendo
los pasos de su papi pero hasta fallándose a la misma tipa que su papi.
-No lo sé Esme, creo que
si- me puse de pie tan rápido que el mareo se hizo más intenso; toque mi frente
y estaba hirviendo; me gire a ver a Esme la cual veía fijamente al suelo y de
pronto ya no sentía del todo mis piernas y todo se volvió negro y caí.
Pov. Edward
Había decidido reunirme
con Isabella para poder hablar sobre su negocio y la boda de Alice, de lo que
le había dicho que teníamos que conseguir nosotros y de la lista que le dio
donde teníamos que buscar. Todo iba bien, no había metido la pata ni había
hecho nada para hacerla sentir mal o algo de lo que solía hacer estando con
ella. Íbamos por el parque cuando vi a Renata viendo justo hacía donde
estábamos nosotros, que después de platicar sobre anécdotas graciosas con los
novios así que íbamos a carcajada limpia; entonces fue cuando la vi, ella no
quitaba la mirada de nosotros y vi la tristeza en sus ojos; murmure su nombre y
ella pareció reaccionar ya que corrió en dirección opuesta, corrí tras de ella
olvidándome un poco de Isabella, Renata no conocía la ciudad y no parecía que
llevará cosas. La perdí entre la gente, saque mi celular y marque su número,
pero nadie me contestaba.
Regrese con Isabella y
ella me miraba preocupada -¿qué pasó?-,e pregunto en cuanto estuve lo bastante
cerca.
-Creo que la que corrió
era Renata, y ya la llame y no me contesta.
-A lo mejor y te
equivocaste-me dijo tocando mi hombro.
-Vamos te llevo a tu
casa, parece que va a llover pronto-me limite a contestar dándole el cortón.
El camino fue silencioso,
y mientras tanto seguía intentando llamar a Renata pero en vano, no me
contestaba. Deje a Isabella y me fui directo al departamento en busca de
Renata, tenía demasiada desesperación por saber que no era la chica que vi, ya
que no dejaba de ver en mi mente su mirada de dolor.
Entre y busque en todas
las habitaciones, afuera los relámpagos iluminaban más de lo que una lámpara y
al ver que no estaba en casa me preocupe aún mes viendo y escuchando la
tormenta. La volví a llamar y sonó el celular, lo busque y di con el; por eso
no contestaba el celular estaba en casa.
Tome dos chamarras y salí
de la casa para buscarla en las calles, maneje por todos lados, seguí muchos caminos
del parque para buscarla en todos los caminos pero no daba con ella, pasaban
las horas y mi desesperación aumentaba.
Estaba a punto de llamar
a hospitales o comisarias pero una llamada de mi madre me detuvo:
-Hijo, tienes que venir a
mi departamento, Renata se desmayo y…
-No digas más, voy para
allá-corte la llamada y me dirigí al departamento de mi madre.
Maneje como loco y no
dejaba de pensar que era mi culpa la situación. En cuanto llegue corrí
escaleras arriba, tenía una copia de la llave del edificio, así que llegue más
rápido cuando estuve frente a la puerta la golpee tres veces antes de que Esme
la abriera.
-Edward…
-¿Dónde está?-le pregunte
entrando, no necesite respuesta ya que la vi acostada en el sillón; la toque y
estaba helada, comenzó a temblar, vi que estaba empapada. –Mamá la llevaré al
hospital, creo que le esta dando hipotermia, ¿por qué está tan mojada?
-No lo sé…
Le eche la chamarra y la
cobija que estaba en el otro sillón y la levanté en brazos abrazándola a mi
cuerpo. La metí en el coche y encendí la calefacción; al poco rato subió mi
madre en lo que la acomodaba en el asiento. Corrí a mi puerta y encendí el
coche y arranque rumbo al hospital donde trabaja Emmett. Había pedido un
traslado y le resulto mejor ya que ganaba un poco más.
En el camino le llame y
le pedí que tuviera lista una camilla. En cuanto llegue salte fuera del coche y
baje a Renata para llevarla dentro.
-¿Qué pasó?-me preguntó
Emmett en cuanto me vio.
-Solo atiéndela por
favor-puse a Renata en la camilla y al verla Emmett, primero reacciono viéndola
mal pero después el médico salió disparando ordenes a las enfermeras y demás
que había ahí, vi como se la llevaban y solo me recargue en la pared dejándome
caer hasta el piso.
-Va a estar bien
Edward-dijo mi madre sentándose en la silla de a lado.
-¿Qué fue lo que pasó?
¿Por qué estaba mojada?-pregunte queriendo saber que le había dicho a mi madre.
-No lo sé, tu dime; ¿qué
fue lo que pasó?
-Yo tampoco lo sé, me lo
dices como si pensarás que yo tuve algo que ver.
-¿Y no? Ella me dijo que
siente que la engañas y que desde que llegaron te has alejado de ella.
Creo que las mujeres en
verdad tienen un sexto sentido, aunque sabía que Renata no era tonta para no
darse cuenta de mi distanciamiento.
-La lastime-me limite a
decir sin mirar a mi mamá a los ojos.
-Si, y por lo que me dijo
demasiado. Edward ¿la amas?
-Creo que si
-Tienes que quitar el
creo Edward; ella te ama y no es justo que la lastimes así; y si crees que amas
a alguien más, habla con ella y no la lastimes más, el peor de los sufrimientos
es saberte no querida y que no puedas hacer nada porque solo eres como un
objeto.
Después de eso nos
quedamos en silencio esperando pacientemente a que Emmett saliera y nos dijera
alfo sobre Renata.
En cuanto lo vi salir, no
lo pensé dos veces y camine directo hacia él -¿Está bien?
-Si, estuvo a punto de
darle hipotermia; logramos estabilizar su temperatura. Si quieres puedes pasar
a verla, está dormida. Por cierto se le mandaron hacer unos estudios para
checar que no se haya afectado algún órgano.
-Si, esta bien. Gracias
Emmett.
Asintió y me palmeo el
hombro –habitación 105, Esme-se despidió de mi madre y se fue a checar algo a
recepción.
Camine hasta la
habitación y al abrir la puerta la vi acostada en la cama con oxígeno y el suero
conectado a su brazo. Me acerque con cuidando tratando de no despertarla, me
pare a un lado de ella, se veía tan pacifica.
Jale una silla y me quede pensando en que desde que llegamos no la he visto
dormir así; algo tenía que hacer no podía seguir jugando con ella, ni tampoco
podía jugar con Isabella…
Hola! Si sigo viva, sé que he tardado años, pero
con el cole, competencias y demás no he podido escribir mucho además de que he
sufrido de bloqueos mentales, espero que me entiendan y les pido una disculpa
por la demora.
Ahora ¿Qué les pareció mi capitulo? ¿Creen que
Renata sea buena? ¿Mala? ¿O solo está ardida y dolida? Qué creen que vaya a
pasar? Propuestas y puntos de vista son bienvenidos; un saludo
JimeBellaCullenSalvatore
¿Reviews?
P.D.: Gracias por sus favoritos y
alertas así como los reviews del último capitulo J
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