martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 15

Los personajes no son míos son de SP yo solo los uso en mi alocada imaginación. Está prohibida su copia parcial o total de este fic.
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Pov. Edward
Sentía como alguien jalaba de mi mano y tratando de despertarme me removí en mi asiento y los dolores por haber dormido en una mala postura comenzaron a aparecer. Cuando logre abrir los ojos vi como Renata era la que jalaba de mi mano.
-Hey, ¿cómo te sientes?-dije tratando de quitarme el sueño restante de mi cuerpo, ella hizo el intento de quitarse la máscara de oxígeno pero la detuve. –No puedes quitártela a menos que lo diga el doctor. No tienes idea de lo preocupado que me sentía por ti…
Me estaba acercando para darle un beso en la frente pero me detuvo con su mano, me quede sorprendido y con cierto temor de como fuera a actuar por lo del día anterior. Le iba a preguntar el porqué de su rechazo pero el doctor decidió entrar antes de que algo saliera de mis labios.
-Veo que ya has despertado, bien te quitaremos ya el oxígeno ya no lo necesitas- una vez retirado, lo primero que hizo fue inhalar profundamente –y bien ¿cómo te sientes?
-Algo débil-contestó con la voz ronca y muy baja.
-Es normal, estuvo a punto de darte hipotermia; la lluvia y el aire frío no son una buena combinación y mucho menos si no te abrigas.
-Sí, lo tendré en consideración Emmett. Cuando me puedo ir a mi casa.
-Déjeme adivinar no eres fanática de los hospitales ¿cierto?-pregunto Emmett con una sonrisa. Nunca le había visto sonreírle y fue muy raro.
-No, no soy fanática de los hospitales-contesto Renata con una débil sonrisa.
-Pues este día te quedaras y te tendremos en observación y de ahí depende si te mandamos a casa o si sigues aquí por un tiempo más- Renata al oír esto hizo un mohín ante el cual no pude evitar sonreír por lo tierna y linda que se veía. –Bien los dejaré solos, con permiso-y dicho y hecho se fue dejándonos en un incomodo silencio.
Renata no me veía a los ojos, solo miraba al frente y yo a un lado de ella sin saber que decir o que hacer… moría por saber si fue ella la chica que vi… necesitaba saber si seguíamos juntos o porque no fue a nuestro apartamento en lugar de con mi madre… que le había dicho a mi madre…
-¿Cómo supiste dónde estaba?-preguntó ella rompiendo el silencio.
-Mi madre me llamó cuando te pusiste mal. ¿Por qué te mojaste?
-Lo siento papá… estaba caminando y me perdí cuando empezó a llover así que llame a Esme.
-¿Y por qué no hablarme a mi? ¿En dónde estabas caminando?
-Acaso es un interrogatorio y estoy en problemas… acaso mate a alguien. No así que deja de comportarte como mi padre…
-Te vi- dije interrumpiendo su discurso –vi como corriste en el parque…
-En ese caso yo también te vi, ¿y?-dijo restándole importancia.
-¿No planeas reclamarme ni nada?
-¿Serviría de algo?-dijo regresando mi pregunta. –Si te reclamo terminaríamos peleando, y no cambiaría el hecho de que vi como estabas con ella riendo como no lo haces conmigo… Edward solo dime algo y con toda la verdad ¿me amas?
-Si, y el hecho de no saber donde estabas ni de saber si estabas bien o no me ayudo a entender que te amo… Y lamento mucho haberte lastimado este tiempo, pero te prometo que eso va a cambiar, te lo juró- me acerque a ella lentamente y uní nuestros labios sellando mi promesa y totalmente decidido a cumplirla…
-Perdón, no quería interrumpir-dijo una voz débil desde la entrada que conocía demasiado bien –será mejor que regrese después.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías de…-preguntó Renata siendo interrumpida por la respuesta de Isabella.
-Llame a Emmett, me quede preocupada. Quería saber como seguías.
-Pues gracias por preocuparte Bella. Ya estoy fuera de peligro supongo-dijo sonriéndole.
Admiré a Renata por eso, no le reclamo nada a Isabella ni a mí mismo, nunca armó un escandalo por algo que muchas personas si harían.
Isabella nos miraba a ambos y a un punto entre los dos, seguí su mirada y me percate de que tenía a Renata tomada de la mano, iba a retirar mi mano pero algo me detenía, tenía miedo de perderla pero sabía que Renata no se merecía que la lastimará así.
-Bien, veo que ya estás bien. Será mejor que me vaya, debo ir por Alec-dijo metiendo sus manos en sus bolsillos de su pantalón y retrocediendo lo poco que había ingresado en la habitación. –Nos vemos- dijo despidiéndose con la mano y cerrando la puerta detrás de ella; una parte de mi se fue con ella y esperaba que fuera la llave de la puerta que libera las emociones que antes sentía por ella.
-¿Dónde está Esme?-preguntó Renata después de un rato.
-Creo que se fue… en cuanto Emmett me dijo que podía pasar a verte entre y ya no salí.
-Cuando la vea le agradeceré por lo que hizo por mi.
Le sonreí y le di un beso algo profundo, al separarnos entró una enfermera con una charola de comida; se quejó un poco pero al final se la terminó comiendo y pasamos el resto del día viendo televisión, o jugando cartas las cuales me prestó Emmett.
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Ya había pasado una semana desde que salió del hospital y había tratado de no separarme de ella, mi madre iba a la casa a cuidar de ella mientras yo trabajaba; ella ya estaba andando por toda la casa y buscando en internet algo que pudiera hacer. Hoy la llevaría a cenar y le daría la sorpresa del casting que estaban haciendo en el teatro Collins, ella amaba bailar así que creo que era un buen trabajo provisional en lo que encontraba algún trabajo acorde a su carrera de comunicaciones.
En cuanto llegue al departamento, Renata corrió a recibirme.
-Ya estoy lista-dijo en cuanto se separó de mí.
-Eso me parece perfecto, pero que te parece si hacemos un cambio de planes y nos quedamos aquí y…
-Y nada, Edward me prometiste que hoy saldríamos-dijo haciendo un puchero.
-Bien, andando.
Cuando llegamos al restaurante y nos dieron mesa Renata comenzó a platicarme de lo que había estado haciendo en su día, una vez que termino comenzó a hacerme preguntas sobre mi día. Cuando terminamos de hablar de nuestros días y de comer, decidí darle la sorpresa.
-Renata recuerdas que me habías mencionado que querías hacer algo ya… algo de trabajo y demás-ella asintió, sin saber hacía donde iba mi conversación.-Bueno encontré esto entre los papeles que me llegaron hoy al trabajo-dije tendiéndole la hoja. Al leerla su emoción se notó incluso en sus ojos, me miraba y miraba al papel supongo que sin saber muy bien que decir.
-Edward sabes lo que significa esto…
-Supongo que tendrás que prepararte para una buena audición-dije con una sonrisa en el rostro.
-Muchas gracias, amor; esto es… no lo merezco Ed…
-Claro que lo mereces; además te mereces más que esto; iras cierto?
-Claro que sí, aunque no sé si aún tenga el toque para esto…
-Vas a ver que sí, solo investiga de que va la obra-ella solo asintió como una niña pequeña.
Después de eso y del postre, nos fuimos a casa por petición de Renata. En cuanto cerré la puerta del departamento, sus labios atacaron los míos; mis manos fueron directo a sus caderas, ella se arqueó hacía mi logrando un poco de fricción entre nuestros sexos, el gemido que surgió de mi fue ahogado en su boca, llegamos al dormitorio con suerte, pronto la ropa salió sobrando y ya estábamos listos para unirnos, pero decidí hacerla sufrir un poco; baje mis labios a su cuello y de ahí baje a sus pechos, donde me entretuve con un pezón mientras que con mi mano masajeaba el otro, mi nombre salía en pequeños jadeos de sus labios; baje mis labios por su abdomen y cuando estaba a punto de llegar a su intimidad, bese sus muslos y de ahí sus piernas; el quejido por su parte me causo diversión, ella jalaba de mis cabellos tratando de que besará su sexo, pero tenía otros planes; así que cuando comencé un camino de ascenso  volví a saltarme su sexo y me volví a entretener con sus senos, el agarre sobre mis cabellos se hizo más intenso y ella comenzó a retorcerse bajo mi cuerpo llegando así a su orgasmo.
-¿Cómo… cómo hiciste eso?-me preguntó entre jadeos.
-Con mi boca-dije besándola e introduciéndome lentamente en ella, estaba muy mojada por sus jugos y caliente, cuando estuve por completo dentro de ella comencé a moverme como si se me fuera la vida en ello; mi nombre salía de sus labios, sin embargo yo no me atrevía a hablar, solo me limite a besarla. En cuanto ella tuvo su segundo orgasmo, yo me deje ir derrumbándome sobre su cuerpo.
-Te amo-me dijo al oído mientras acariciaba mis cabellos. La bese en el hombre y dije un “yo también” con la voz muy débil. Salí de ella y la abrace dejándome llevar por el sueño después de que ella se quedó dormida.
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Cuando me desperté Renata ya no estaba a mi lado, me pare y me aliste para mi trabajo. En cuanto salí de nuestra habitación la vi sentada en el desayunador con su computadora.
-¿Qué hace mi bella novia esta mañana?-le dije al oído y besando su cuello.
-Busco información de la obra, y averigüe que es acerca de una chica que quiere triunfar en Hollywood. Y encontré que... a que no logras adivinar?- me dijo dándole más suspenso a su nueva información; parecía una niña con juguete nuevo y no podía ponerme más feliz por eso.
-Ok, veo que no vas a adivinar así que te lo diré… todavía no hay protagonista- dijo sonriente y moviendo sus manos emocionada. –Por lo que planeo adicionar para ese papel, si no lo obtengo y aun así logro hacer una excelente audición tendré otro papel… o eso espero. Como sea adicionaré para el protagónico-dijo satisfecha consigo misma.
-Lo obtendrás amor, lo sé. Tengo que ir a trabajar… necesitas algo? Que te lleve a algún lugar o algo?
-No, gracias. Estaré aquí poniéndome en forma y practicando algunas cosas; veré que hare en mi audición y preparare mi curriculum. Cuídate-dijo dándome un beso en los labios.
Cuando nos separamos, salí rumbo al trabajo. Llegue sin ningún contratiempo, por lo que comencé a avanzar con cosas pendientes, revisando algunas campañas y organizando otras; simplemente amaba mi trabajo y la libertad que me dio Vladimir en mi trabajo.
-¿Se puede?- preguntó una voz que pensaba que no escucharía en un buen tiempo.
-Sí, pasa. ¿Cómo has estado?-le pregunte al tiempo que le indicará que se sentará.
-Bien. Renata, ella…
-Ya está mejor, gracias por preguntar.
-No hay porque, vine porque necesitaba un consejo acerca de mi restaurante…
-Sí, claro. Dime en qué te puedo ser útil-pregunte, tratando de no sentirme incomodo, pero el ambiente estaba algo tenso entre nosotros, y con el vestido que llevaba Bella se veía increíblemente guapa y yo no era exactamente inmune a sus encantos.
-En muchas cosas… omite eso, no sé porque lo dije. Verás es sobre la disposición de los muebles y la pista de baile, no estoy muy segura de cómo me habías dicho, ¿crees que puedas ir y volver a decirme la distribución?
-Sí, ¿tienes tiempo ahorita? Y a avance con el trabajo y tengo unos momentos libres.
-Eso sería magnífico-dijo asintiendo al mismo tiempo con la cabeza, se puso de pie y nos guie a la salida.
Una vez en el estacionamiento cada quién se subió a un auto y la seguí rumbo a su restaurante, tenía un presentimiento de algo pero nunca le había dado mucho sentido a esos presentimientos así que lo deje pasar.
En cuanto llegamos, y entramos al lugar, tenía un mejor aspecto, aún había algunas paredes que estaban en proceso de pintarse, pero el lugar tenía buen aspecto. Le volví a indicar la distribución que haría que el lugar tuviera más espacio y mejorara en su visión.
-No oigo ruidos de obreros-le dije mirando alrededor percatándome de que no había nadie más que nosotros.
-Oh bueno es que es como su hora de desayuno, por lo que llegarán un poco más tarde, soy de la idea que si los tratas bien su trabajo será muy bueno-dijo al tiempo que sonreía.
-Bien, creo que ya eso es todo- dije tratando de poner distancia entre ambos, porque conociéndome cedería con ella, y no quería lastimarla más, ni a ella ni a Renata ni a mí. Pero al alejarme más de ella cometí el error de escanearla de pies a cabeza, percatándome de los tacones que hacían ver sus piernas más largas, así como del vestido color azul que se ceñía en su cintura y caí de forma grácil, y de que el corte en la parte de sus senos por parte del vestido los hacía ver exquisitos y eso sumado a la coleta alta que permitía que su cuello luciera de forma galante y todo en combinación con sus labios que invitaban a besarlos y esos expresivos ojos color chocolate que esperaba que me estuviera volviendo loco porque veía anhelo en ellos.
-Sí, muchas gracias por venir-dijo sonrojándose cuando se percató de mi escrutinio, se giró sobre sus talones pero no tomo en cuenta que en el piso había un platico para evitar que la pintura manchara la madera y casi cayó al suelo, pero logre atraparla lo cual a lo mejor fue un error, porque nuestros rostros quedaron muy cerca, demasiado quizás. –Yo…
-No digas nada-la corte cuando estaba a punto de hablar. Nos enderece pero no me separe de ella, al contrario la acerque más a mí, sus manos pasaron a mi cuello y comenzó a jugar con mi cabello y al segundo siguiente estaba besándola con toda la pasión que había contenido y con el deseo que crecía en mi cada segundo que estábamos lejos.
La bese y caminamos rumbo a su oficina donde después de cerrar la puerta, la recargue con ella y comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, baje mis labios a su cuellos y pequeños gemidos comenzaron a salir de boca; tome sus senos con mis manos y los masaje hasta que logre sentir sus pezones erectos. Pase mis manos a su espalda y ella me empujó hacia su escritorio donde fue desabotonando los botones de mi camisa mientras yo buscaba el cierre de su vestido, cuando lo encontré lo deslice y me deleite al ver un conjuntito de encaje de color azul. Nos gire y logre hacer a un lado todo para poder acostarla sobre el escritorio, mientras yo me deshacía de su ropa interior, ella se deshizo de mi pantalón y mi bóxer, al sentir libre mi erección busque su entrada, al tocarla con mis dedos soltó un grito de placer, sus manos buscaron mis cabellos y me jalo hacía su boca, me posicione en su entrada y en un solo movimiento me enteré en ella. No dejo de besarme en todo momento, y sus gemidos quedaban en mi boca. Conforme fui sintiendo que me tensaba más, aumente el ritmo cuando ella llegó a su orgasmo sentí como mi glande vibraba y la seguí en el estallido de placer.
-Eso fue…
-No lo digas, no lo digas Bella. Esto fue un error, Renata…
-No estabas pensando en ella precisamente así que no me vengas ahorita con Renata, Edward ¿Por qué estas con ella?- trate de separarme de ella, pero al hacerlo ella se aferró a mí y termine levantándonos a los dos.
-Estoy con ella, porque… porque… somos novios y mi mamá le tiene afecto y…
-¿Por qué no dijiste la palabra “amor”? Edward sé que ella no se merece eso, pero y nosotros ¿Qué nos merecemos? ¿No merecemos la felicidad acaso?
-Tal vez, pero esta no es la forma; tengo que irme como te dije esto fue un…
-Ahora soy yo la que te pide que no hables, no arruines el momento más de lo que ya se arruino- dijo bajando sus piernas y separándonos en el proceso, eso me hizo sentirme incompleto y desdichado. –Supongo que pe dirás que finjamos que no paso.
-Sí eso te pediré. Bella…
-No, ya entendí; te vas a quedar con ella, yo sé que hice mal en irte a buscar y mi excusa no fue la mejor pero no me arrepiento. Supongo que nos veremos luego, para la boda de Alice y Jasper.
-Sí, hasta luego Bella-me vestí lo más rápido que pude, mientras ella hacía lo mismo. En ningún momento me miro pero en un momento logre ver las lágrimas que salían de sus ojos chocolate y me sentí aun peor, decidí no mirar atrás y no decir ni una palabra y solo irme de ahí y tratar lo que paso en esa oficina… pero a quien lograba engañar todo lo que vivo con ella no lo olvidaré nunca…
Pov. Renata
Más feliz no podía estar, Edward estaba la mayor parte de su tiempo libre conmigo, y me dio la dicha más grande del mundo, una audición para bailar. En cuanto se fue del trabajo seguí investigando acerca de la obra, pero también acerca de Alice; esa enana me las iba a pagar solo que no como planeaba ya que si se apartó de mi camino y del de Edward, en cuanto a la zorra de Isabella… bueno ella ya era como una foto vieja guardada y enterrada, Edward cada vez me decía más te amos y cuando hacíamos el amor era mi nombre lo que decía, además de que me decía palabras de lo más dulces.
Seguí con mi investigación cuando tocaron el timbre, cerré la página de la información de la investigación acerca de Alice, para dejar solo la de la obra; pensando que era Esme que había olvidado las llaves abrí sin ni siquiera asomarme a ver quién era.
-Pero si es la zorra en persona… que acaso vas a vivir de mantenida toda tu vida?
-Alice y Rosalie pero que sorpresa, tanto tiempo sin verlas, ¿Cómo les ha ido en el negocio de abrir las piernas a todo el que se les ponga enfrente? Seguro que camino hacia acá encontraron a muchos hombres desesperados por tener sexo rápido y fácil.
-No sé mucho acerca de ese negocio pero tú debes de saber más debido a que la mayor parte del tiempo que  te vemos estas de piernas abiertas.
-Bueno ¿Qué quieren? Digo aparte de venir a insultarme.
-Venimos a buscar a Edward y a Bells-contesto la rubia operada, con una sonrisa en el rostro.
-Bueno pues Edward no está aquí, está trabajando e Isabella no vive aquí y no se me ocurre ninguna razón por la cual debería estar aquí.
-Pues es que como los vimos salir del trabajo de Edward pensamos que estarían aquí- dijo la enana con una voz muy dulce y mirándome con diversión.
-Pues aquí no están, y si no tienen más que decir, les pediré que se vayan estoy ocupada-dije tratando de que no se dieran cuenta cuanto me afecto esa declaración.
-Ocupada… ¿tu? Acaso te ocupas de algo.
-Sí, y son muchas cosas así que… adiós-dije cerrando la puerta en sus rostros, escuche sus risas mientras me recargaba en la puerta y sentía que lagrimas se derramaban por mis ojos.
-Vamos Renata, piensa y no te dejes llevar por esas idiotas, llámalo.- me dije a mi misma.
Busque el teléfono y marque a su oficina, donde me dijeron que había salido, nada contenta llame a su celular, el cual al tercer timbrazo fue contestado.
-Edward, oye ¿Dónde estás? Es que quería saber si vendrás a comer y…
-No soy Edward-dijo una voz femenina al otro lado de la línea –soy Bella, sé que suena muy raro pero es que…
-¿Qué haces tú con el teléfono de Edward?-pregunte tratándote controlar mi rabia.
-Bueno es que necesitaba ayuda con algo del restaurante y olvido su celular y…
No quise escuchar más y colgué, sé que así le daría gusto pero no tenía ganas de seguir escuchándola… Sentía tanto dolor y furia que cuando sonó el teléfono y en el identificador vi que era mi hermano, supe que el momento había llegado y no había vuelta atrás.
-Hermanita, te pasare a mi colega; pero antes es tu ultima oportunidad, ¿segura que aceptarás todo esto?
-Segura.
-Bien no tendrás que pagar nada, todo es por un favor que me debe… pero sabes que si llega a pedir más solo tienes que decirme y yo me encargare de eso.
-Lo sé-al otro lado escuche el ruido del celular cuando mi hermano se lo dio a su colega.
-Buenas tardes señorita Denali.
-Usted sabe mi nombre pero yo no sé el suyo, eso no es muy justo dado el trabajo que hará para mí.
-De acuerdo, me agrada su seguridad, eso la llevará lejos. En dos horas estaré ahí, así que porque no nos vemos mañana a las diez en el café Bristol y me llamo Carlise Cullen para servirle.
-Un placer Carlise, nos vemos mañana a las diez- una vez dicho eso colgué, me gira y vi una foto donde aparecíamos Edward y yo.
-Edward ya te estaba perdonando, pero bueno todo se paga en esta vida y tanto tú como tu familia y amigos así como tu amante pagarán por todo.
Ninguno sabía que habían jugado con la persona equivocada…
Sé que tarde mucho y que probablemente muchas ya no me lean, pero volví y espero que se alegren y me sigan dando sus opiniones. Y estoy de vacaciones así que espero publicar seguido, pero no prometo nada ya que he estado atravesando un bloqueo y por más que trato mi mente está en blanco…
¿Qué opinan del capítulo? Carlise aparecerá en escena y veremos cómo empezarán a arruinar sus vidas desde cosas tan simples como con algunas más complejas… espero sus ideas y comentarios.
Saludos y nunca dejen de soñar
JimeBellaCullenSalvatore    

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