viernes, 10 de agosto de 2012

Capitulo 16: Cambio de Planes


Los personajes no son míos; solo los utilizo para mi alocada imaginación.

Edward Pov.
-Edward apaga esa alarma. Quiero dormir- se quejó mi hermana en cuanto sonó la alarma.
-Eso te pasa por ir de fiesta, a demás…-mis palabras quedaron selladas en cuanto un rayo que salió de la mano de mi hermana destruyó mi despertador.
-Mucho mejor- y se volvió a acomodar. Me quede estupefacto, mi hermana había usado una arma mortal; pero al parecer estaba más que dormida como para notarlo.
Creo que en cuanto despertará ya veríamos como obtuvo ese poder, no creo que llegaría a algo estando ella así. Después de tremenda fiesta ayer no creo que haya clases ni después de medio día; pero necesitaba ver a Bella.
Bella, mi Bella, tan hermosa que hasta una rosa se pondría celosa de estar a su lado… era mi diosa…
-Ve a buscarla y ya cállate- dijo adormilada mi hermana, no se que paso anoche que mi hermana tenía los poderes tan descontrolados; pero si que tenía razón.
No dude en darme una ducha, trate de hacer el menor ruido al salir en busca de mi diosa. Camine por los pasillos de los dormitorios y nunca los había visto tan solitarios y silenciosos. Ahora que lo pensaba tenía un problema… en donde puedo buscar a Bella no se que es; tal vez este en la piscina…
En cuanto llegue a la piscina estaba solitaria como anoche pero no estaba Bella; en donde puede estar. A lo mejor aun no se despierta, escuche la campana, era para los humanos… los únicos que asistirían a clases al parecer.
Empecé a caminar derrotado hacía los campos donde practicábamos la mayoría de los deportes (N/A: lo siento no sé como se llaman en realidad) vi a unos cuanto caminando apurados para llegar a los diferentes edificios del Instituto, algunas parejas caminar sin prisa metidos en su plática, algunos corriendo y a Bella.
¡Bella! Ella era una de las que estaban caminando; llevaba un pans algo pegado y se veía bien… en realidad más que bien.
-¡BELLA!- grite lo más que pude, y eche a correr pero ella comenzó a correr y no me escuchó, puse más fuerza e impulso a mis piernas y comencé a correr más rápido y gritando su nombre de vez en cuando.
Cuando por fin la estaba alcanzando, ya no había gritado su nombre ya no tenía mucho aire en mis pulmones como para decir una palabra aunque fuera un suspiro. Le toque el hombro; pero se espanto y giró su cabeza, sus manos siguieron la trayectoria de esta. Lo que provocó que me golpeara la cara, yo de tonto seguí corriendo sin darme cuenta que ella se detuvo un poco más adelante y al chocar con ella la lleve de paseo al suelo conmigo.
Caí justo encima de ella, pero gracias a Dios con mis brazos logre cubrirle la cabeza para que no se fuera a pegar…
-¡Auch!
-¡¿Qué te duele Bella?- dije entrando en shock. Ella empezó a tratar de hablar, pero no salía nada de sus labios. -¡Vamos Bella! Dime que tienes-
-No puedo… res…pi…rar…-dijo en un susurró Bella, entonces me puse de rodillas a un lado de ella.
-Duele mucho- dijo una vez que logro respirar mejor. Se sentó y tomo uno de sus tobillos.
La tome en brazos y la lleve cargando hasta la enfermería, a mi no me dolía nada y espero que lo que sea que tenga Bella no pase a mayores no me lo perdonaría. En cuanto entre a la enfermería, el doctor miro a Bella que estaba abrazada a mi cuello y sujetaba con fuerza mi camisa.
-Póngala en la camilla. ¿Qué sucedió?- preguntó el enfermero.
-Se calló accidentalmente mientras corría.
-Estoy mareada ¿acaso me esta saliendo sangre?-pregunto mi Bella poniendo su manos sobre su cabeza.
-Un poco en el codo la caída fue fuerte. Haber veamos…
El doctor comenzó a checar las heridas de Bella, primero checo los codos y las rodillas que era lo que más se veían lastimado.
-Me duele mucho la muñeca y mi tobillo- se quejó Bella.
-Voy por unos hielos, quédate con ella- ordenó el enfermero.
Asentí con la cabeza, Bella tomaba mi mano con fuerza. –Oye que tienes en contra mía, pudiste haberme solo llamado-dijo ella mirándome un poco divertida.
-Lo hice pero no me hiciste caso. Y a demás tu me soltaste una bofetada-dije igual de divertido tocando mi mejilla.
-Lamento eso, pero con eso puedes jugar aun en el equipo. Con la caída probablemente yo no pueda animar por un rato- respondió con un poco de diversión pero no le llegó a sus hermosos ojos chocolates.
-Si querías hacerme culpable con indirectas déjame decirte que lo estas logrando. En verdad lo lamento tal vez no sea tan grave- dije apoyándome en…
-¡Auuuuu!-en su tobillo…
-¡Perdón! Creo que mi escusa y muy mala es que cuando estoy contigo me vuelvo algo estúpido y no me figo muy bien en lo que hago…-dije muy avergonzado agachando la cabeza.
-Tranquilo, fue un descuido aunque se me hace algo raro que alguien me diga que no esta en sus cinco sentidos cuando estoy yo… eso es nuevo…-dijo y un color carmesí acudió a sus mejillas, demasiado tierno y seductor para mí y como si fuera poco se mordió su labio inferior en un gesto inocente pero que despertó cosas en mí que nunca antes había sentido.
-No veo porque no. Eres muy… guapa-dije lo último susurrando me estaba comportando algo tonto.
-Gracias… no sé que decir aparte de eso…
-Bien ya traje los hielos, un paquete para tu muñeca y el otro para el tobillo; solo las vendó y ya. Te puedes retirar a tu clase muchacho- dijo el enfermero mientras sacaba las vendas y comenzaba a trabajar.
-Me quedó, por el momento no tengo clases, mis clases son más tarde eso es lo bueno. Así que creo que me quedó con ella- dije primero mirándolo a él y al final a ella dándole una sonrisa de lado. La cual ella respondió agachando la mirada y rojita como un tomatito.
-Bien, entonces ayúdame a ponerle la venda en la muñeca para que ya no tenga más dolor.
Enseguida me puse a trabajar, con mucho cuidado comencé a venderle la muñeca, tratando de no lastimarla más de lo que ya estaba. Cuando termine el enfermero esperaba para darle una pastilla a Bella.
-Se sentirá mejor, podrías esperar hasta que se sienta bien como para caminar y acompañarla hasta los dormitorios nada más; ¿de acuerdo?
-Claro, aquí estaré esperando.
Salió y centre toda mi atención a Bella. Estuvimos platicando un rato de todo y nada a la vez. Me habló un poco sobre sus gustos y yo a ella de los míos, como si fuéramos amigos de toda la vida, aunque yo no quería su amistad yo la quería a ella.

Bella Pov.
A pesar de que estaba en una camilla con mi tobillo y mi muñeca vendados estaba pasando un momento adorable con Edward. Teníamos muchos gustos en común y cada vez me sentía más conectada a él, desde la noche anterior sentí una necesidad enorme de estar cada segundo con Edward.
-Ya me siento mejor, me puedes llevar a los dormitorios?
-Significa que sabré que eres?
-No. Solo me acompañaras y ya yo entrare mientras tu cierras los ojos o te das la media vuelta; dependiendo.
-Eso no es justo, déjame saber que eres- rogó acercándose peligrosamente a mí.
-De que va a servir eso- me limite a contestar; el no dijo nada y me ayudo a pararme poco a poco.
Trastabille un poco y supe que no podría caminar yo sola, Edward me detuvo a tiempo y sin aviso, me tomo en brazos.
-Si querías que te cargará, con que lo hubieras dicho; no tendrías que fingir no poder sostenerte sin caerte- dijo en broma.
Había logrado descubrir que tenía un gran sentido del humor, de hecho era muy diferente a como creía que era. En sí tenía una máscara para todos excepto sus amigos y seres cercanos supongo, pero me agradaba saber que esa máscara estaba desapareciendo conmigo.
-Y va a servir… como por ejemplo que si te quiero visitar, no podre saber como verte…
-Eso creo que se puede arreglar sin saber que es el otro- dije recordando mi grandiosa laptop.
-Ah, sí ¿Y cómo? No veo la forma de que eso se pueda lograr.
-No sé de donde vengas entonces sino sabes que nos podemos ver gracias a la tecnología.
-A claro; como no se me ocurrió- dijo con ironía en la voz a lo que yo solo sonreí. –Te puedo dar apuntes y clases de regularización ¿Qué te parece? Pero para eso tendría que verte y no por medio de la tecnología. Y ya que yo no tendré todo el tiempo disponible, tendrás que decirme que eres- dijo muy sonriente y convencido de si mismo.
-Me encanta la idea, y esperare hasta que puedas hablar. Sé que tienes actividades pero eso no importa, así tendremos más de que hablar- dije con una gran sonrisa la cual se amplio más al ver como su sonrisa se iba borrando.
-De acuerdo tienes el punto a tu favor; pero averiguare que eres. Así tenga que obligarte a hablar- contesto dándose por vencido.
-Si quieres saber que soy, habla tu primero-lo mire enarcando una ceja y con una mirada retadora.
-Cambio de tema- dijo mirando al frente y un poco serio y empezando a caminar hacia las habitaciones.
-Dios eres tan bipolar-dije bufando, esa actitud me hartaba y muy rápido.
-No me enoje, es solo que es algo difícil pensar en eso, no creo que tengas una responsabilidad tan grande al ser lo que sea que seas, como la tengo yo. A demás no he sido aceptado en mi familia ni en otras escuelas precisamente por lo que soy- dijo tratando de sonreír.
-Lo sé, también a mi me ha pasado pero vamos; estamos en una escuela donde hay gente como nosotros o similares…
-Diferentes no?
-Exacto así que yo creo que si te aceptarían aquí. Pero no te pienso presionar para que me digas que eres a mi me basta con saber que eres Edward- dije mirándolo a los ojos, el sonrió y esa sonrisa si llego a sus ojos. –Eso es lo que cuenta o no?- dije mas para mí que para él.
-Claro que eso es lo que cuenta, es solo que me encantaría saber que eres, eso es todo. Pero tienes razón debería decirte que soy primero- dijo con una sonrisa torcida y frunciendo lo labios; me dieron unas ganas infinitas de besarlo, y lo podía hacer, con jalarlo un poco hacía mi y ya, nuestros labios se unirían.
-Creo que llegamos, ¿estás segura que podrás mantenerte de pie?-preguntó interrumpiendo mis pensamientos.
-No lo creo, pero… ya sé hablemos en el jardín mientras pasa más la mañana de modo que Emmett me pueda ayudar.
-Creo que quieres que te esté cargando, eso me lo pudiste haber dicho mientras estábamos afuera, no que ya recorrimos toda la escuela- contesto algo enojado, estaba a punto de mandarlo a la goma cuando estalló en carcajadas –es broma, no te creas exactamente todo, sabes soy bromista a veces- y se siguió riendo, me hubiera enfadado por burlarse de mí, pero solo le di un golpe en el hombro y estallé a carcajadas igual que el.
Fuimos al jardín más cercano, me acomodo en una banca, se sentó a lado de mi, nos quedamos en silencio viendo todo y nada a la vez o al menos ese es mi caso.
-Bella- una voz con algo de enojo que no reconocí dijo mi nombre. Me gire lo bastante para ver quién había interrumpido mi agradable mi momento con Edward.
-¿Jacob?- pregunte al no creer lo que mis ojos veían, miraba de mala y con algo de odio a Edward.
-Quien más podría ser, ¿Quién es él?-apunto con la cabeza a Edward, yo no me podía para por mí misma, y quería ponerme entre los dos; ambos estaban que se acababan con la mirada.
-Edward, él es Edward. Edward él es Jacob- presente señalándolos con la mano. Solo asintieron con la cabeza; Jacob bajo su mirada y fue cuando vio mi tobillo, solo estaba vendado pero como me dolía.
-¿Qué te pasó? ¿Te hizo algo este…
-Basta Jacob; el no me hizo nada, yo me caí y él me ayudo a llevarme con el doctor.
-¿Por qué le das explicaciones a él?- replicó Edward un poco… ¿celoso?
-Eso a ti no te importa.
-Basta los dos, y él tiene razón Jacob apenas te conozco y no tengo por qué darte ninguna explicación acerca de lo que haga o deje de hacer con mi vida.
Jacob miró por un momento más a Edward, el cual le sostuvo la mirada hasta que Jacob se giró a verme, y sin decir ni una palabra; dio media vuelta y se fue echando humo con cada paso que daba.
-Hay algo raro en él.
-¡¿Qué? Dios por que los hombres son así, Jacob no tiene nada de raro.
-No es por algo personal, es diferente; pero no como algo de lo que hay aquí- Edward parecía estar diciéndose todo eso así mismo.
-Todos somos especiales aquí o al menos la mayoría; has de estar imaginando cosas, mejor ayúdame a llegar a la cafetería, tengo algo de hambre y sed.
No dijo nada más y me ayudo a caminar, aunque casi me cargaba, pero llegamos y tratamos de seguir pasando el día agradable, nos avisaron después que no tendríamos clases durante todo el día; ya después llamaría a Emmett para que me ayudara a entrar a mi habitación.
Aunque trataba de estar presente en la plática que tenía con Edward acerca de aventuras que vivió con su hermana y en lo que yo le contaba de las mías con Emmett, no podía dejar de pensar en que sí, yo también sentía que Jacob era diferente, pero no como vampiro, semi-dios o hechicero, era algo más y definitivamente no era humano…

Pov. Jacob
Odio a todos los semi-dioses, se creen lo mejor del mundo y creen que todo les pertenece; la chica que me gusta estaba platicando muy cómodamente con uno de ellos, y no cualquiera sino uno de los hijos de Zeus. Odio a todos los especiales excepto a Bella, ella es diferente.
"Tengo que hacer que empecemos a acabar con todos los especiales" me dije a mi mismo camino a mi habitación.
Llegue y azote la puerta del coraje de verla con ese diosecillo.
-¡Aaarrrggg!- grite de coraje.
-Calma hermano Ahora que runa te pusieron ¿eh?- dijo tratando de ser broma mi mejor amigo y líder de la hermandad de los cazadores.
-Los odio!- dije con toda la rabia que sentía en ese momento. Muy rara vez el estaba con nosotros, se hacía pasar por alguien más que no era humano precisamente.
-¿A quién?-preguntó calmadamente, claro el no tenía a ese diosecillo detrás de la chica que me gusta.
-Un semi-dios, Edward no se qué; el punto es que está detrás de Isabella, recuerdas que te hable de ella, ¿no?
-Claro, y déjame decirte que ese no es un mestizo cualquiera, es uno de los dos hijos de Zeus; y uno de los más difíciles de derrotar y tú lo sabes; pero vamos no creo que una humana no sienta que es diferente- mire hacia otra dirección; el aun no sabía que esa chica era una hechicera; la había seguido hasta las habitaciones y vi que era una hechicera pero no lo había compartido con nadie.
-Porque es humana, ¿cierto?- no conteste nada, ocultarle algo a él era difícil; no solo porque en cierto modo fuera mi jefe, sino que es mi mejor amigo y me conoce incluso más que yo.
-Veras Alec… como decirlo sin que te molestes…
-Dilo con palabras y ve al grano; sabes que odio los rodeos-su mirada y su rostro de seriedad; me advirtieron que me diera a decir algo lo que sea.
-No lo es- susurre, vi como su rostro cambiaba a diferentes tonalidades de rojo, de acuerdo a su furia.
-Te enamoraste de ¿Quién?
-Una hechicera- tenía miedo de lo que fuera a decir; pero ya no había vuelta de hoja, me había descubierto.
-¿Por qué Jacob? Hay tantas chicas, ¿Por qué una hechicera?
-En el amor no se manda, pero ayúdame a quitar del camino a ese mestizo.
-Ojala y fuera tan simple; pero eso no es lo importante; tenemos que adelantar todo, o mejor no. Iremos por partes… tengo un nuevo plan. Llama a una junta hoy en la noche en el lugar de siempre; la mazmorra que no se ocupa por ningún estudiante.
-¿Qué planeas hacer?-pregunte con miedo de que quisiera lastimar a Bella
-No te diré nada; tendrás que esperar hasta estar en la junta. Empieza a llamar a todos, yo tengo cosas que hacer…
-Oye no puedes hacerlo… ok yo lo hago- cambie de opinión al ver la cara que me ponía; su mirada a veces me dejaba paralizado… miro hacia la puerta y antes de salir, se limito a decir:
-Bien hermano, tenemos cosas importantes que hacer; este plan será el fin de todos y cada uno de ellos…

Hola! Dejen comentarios si les gusto y si no también; a las lectoras silenciosas les digo lo mismo. Gracias por sus favoritos y alertas.
Atte: Andy

No hay comentarios:

Publicar un comentario