lunes, 6 de agosto de 2012

Capitulo 4: Clases


Los personajes no son míos; solo los utilizo para mi alocada imaginación.

Edward Pov.
-Edward, vamos. No quiero llegar tarde en mi primer día- me presionó Alice una vez más.
-Ya, listo. Vámonos.
Salimos de la habitación; la cerré bien y seguí a mi hermana por los pasillos… llevaba un mapa en las manos, y nos movíamos con facilidad. Mi hermana parecía ansiosa; sin embargo yo estaba nervioso; no sabía qué era lo que iban a enseñarme; nos pidieron una espada y un escudo para esas clases. No habíamos conseguido la espada, decía que tenía que ser hecha justo para nosotros. Lo bueno es que si no encontrábamos una; aquí nos la iban a dar.
-Edward, tu entiendes mejor ese idioma, ¿qué dice?- preguntó Alice haciendo un puchero; aunque ella también lo entendía; le provocaba dolor de cabeza nunca hemos sabido por qué.
- Ημι-Θεοί πέρασμα (pasadizo de semi-dioses)-dije, y la traducción la dije en voz baja; nada más que yo me preguntaba ¿cómo lo ocultarían si alguien supiera griego antiguo?
-Vamos, Edward luego piensas en la inmortalidad de la benévola.
Me jalo de la mano, y abrió la puerta, nos pasamos y cerró detrás de nosotros. Lo que vieron mis ojos fue increíble… había como un bosque; pero ya habían muchas personas y también muchos seres místicos.
-Hola, ¿cómo te llamas?- me preguntó una voz muy risueña y tratando de parecer sexy a mis espaldas; me giré y me encontré con una chava, alta de cabello rubio rojizo; un cuerpo muy bien formado en sí, alguien con un aspecto físico sensacional, demasiado guapa para ser verdad. Pero ella no era la chica de ojos achocolatados. –Soy Tanya, hija de Afrodita y ¿tu?
-Soy Edward, hijo de Zeus- me quede viendo sus ojos, veía que trataban de hacer contacto con los míos y también sentía una extraña sensación; como si alguien tratara de atarme a algo… un momento… acaso…
-Un gusto, vamos Edward-dijo Alice sacándome de mis pensamientos y llevándome lejos de ella; vi que atrás había un grupo de chicas y a lo lejos unos chicos las miraban con deseo… creo que no debería de estar aquí.
Sonó una campana, y todos guardaron silencio. –Buenos días mis estimados alumnos; soy el subdirector de este Instituto. Si alguno de ustedes tiene algún problema, dilema o cosas por el estilo puede venir conmigo; como todos supongo que se enteraron; no somos los únicos aquí… así que les daré algunas reglas que deben obedecer:
1-. No decirle a nadie lo que son.
2-. No mostrar sus poderes ni hacer mal uso de ellos; para los que tienen obviamente y tampoco la fuerza ni nada por el estilo.
3-. Deben mantener en secreto tanto nuestra existencia como la de los demás seres mágicos que vivimos aquí prácticamente…
-¿Mágicos?-preguntó alguien entre la multitud, bastante sorprendido por la palabra que había usado este director que nunca dijo su nombre.
-Me llamo Cayo-dijo el hombre viéndome directamente. –Y mágicos es un término, prefieren ese o seres sobrenaturales o tal vez seres mitológicos…
Nadie dijo nada… se ve que este director sí que era estricto. –No los voy a presentar a todos, nunca terminaríamos. Así que haremos esto; enfrente de mí hay banderas, con símbolos o con el nombre de los antepasados de ustedes; se colocaran así; y después formaremos los equipos- dijo, mirando hacia la nada.
Todos lo hicieron ordenadamente; Alice y yo nos colocamos frente a una bandera en donde había una nube con un sol. Nuestro padre es el Dios de los cielos, por lo que ese nos pertenecía. Cuando nos acomodamos todos, el miró a todos con superioridad.
-Bien, quienes no tengan espadas, tranquilos; las conseguirán cuando estén listos; los que no puedan leer muy bien el griego consigan un tutor que si lo haga, o un libro con el idioma al que le entiendan, pero que no se desvié del tema que estamos viendo.
-¿Cuál es ese tema?-pregunto un chico del grupo de Ares; sacó lo no inteligente de su padre; Ares era bueno en la guerra, pero a veces eso le ganaba a la inteligencia.
-Señor, me refiero a que no busquen uno que hable de la cultura de Roma; la veremos pero no aún. O bueno no todos los que están aquí. Para los que se pregunten si habrán misiones; aun no lo han decidido; sin embargo no serán todos, solo serán algunos. ¿Alguien tiene alguna duda?
-¿Pelearemos entre nosotros?- pregunto alguien del grupo de Atenea.
-Sí; por eso formaremos los equipos, estarán con ellos la mayor parte del tiempo. Si alguien tiene una habilidad especial; sepárense entre el grupo en el que estén.
Todos empezaron a moverse; pero los grupos de mi tío Poseidón, el del tío Hades y nosotros no nos movimos. No es que ellos fueran los que se reproducían a cada rato; simplemente, no se les permitía como a los demás, era algo que aun no lograba entender. Cayos se acerco a nuestros grupos –hijos de los mayores de los mayores, que privilegió tenerlos aquí- dijo con voz falsa, ninguno de nosotros sonreímos, simplemente lo mirábamos esperando a que dijera algo más. –Veo que ninguno de ustedes trae un arma; ¿acaso no encontraron ninguna en sus cuartos? Es difícil creerlo; ¿no tienen poderes especiales como los demás o por qué no se separan?-dijo subiendo el volumen de voz. Los del grupo de Hades, empezaron a resoplar con ira, en sí todos empezamos a respirar agitadamente del coraje; una cosa que debía hacer los demás si es que no querían enfrentarse a nosotros o a nuestros padres y tíos y todo; era nunca enfrentarlos, y tampoco ofenderlos ni compararse con ellos; no todos se lo tomaban así; pero los dioses principales sí. Y Hades junto con Ares no eran conocidos por su buen humor; se enojaban con demasiada facilidad; y nosotros no faltábamos.
-Oh, perdonen si lo ofendí; es sólo que es algo gracioso verlos- dijo en un tono que debía querer morir en ese instante. Yo no pude contenerme ni mi hermana; y el cielo retumbo de nuestro coraje; había un río cerca y el agua se empezó a agitar por el grupo pequeño de Poseidón, y al grupo de Hades los empezó a envolver una neblina obscura…
-Retráctate-dijo con voz entrecortada por el coraje contenido un tipo del grupo de Hades.
-No lo hare, es la verdad.
-¡Ahora!-exigimos todos los de estos tres grupos al mismo tiempo; y nuestros elementos se agitaron al mismo tiempo; Alice miro al cielo, y empezó a dirigir una nube hacia el director, yo empecé a formar un rayo. Por otro lado podía ver como el agua se levantaba, lista para hundirlo y los de Hades, su neblina estaba llamando a las benévolas; y aparte, los estaba volviendo invisibles; listos para atacar estábamos, alertas.
-¡BASTA!- se oyeron tres voces, con demasiada autoridad, y desde distintos ángulos, una del río otra del cielo y otra del suelo; eran nuestros padres, reconoceríamos esas voces donde fuera que estuviéramos; aunque no los conocíamos físicamente; teníamos que obedecerles más que a nadie y nosotros más que los demás.
Todos agachamos la cabeza, y se empezaron a relajar las cosas; todos nos miraban sorprendidos. Fue cuando caía en la cuenta que no éramos muchos hijos de Hades, eran tres, de Poseidón eran cinco y de Zeus solo éramos nosotros. En total éramos 10, y por cómo nos veían los demás metíamos miedo.
-Lo siento mis señores. Bien formemos los equipos… solo serán cuatro… hagan los equipos, y entréguenme una lista, para que la revise, y después les diré los cambios.
Diciendo esto se fue… todos nos miraron; nosotros teníamos todavía la furia y vi que nos tenían miedo, eso no era buena señal… -Creo que ellos no deberían estar con nosotros- dijo un chico del grupo de Dionisio y eso fue un grave error.
-Crees que te necesitamos a ti, ni en tus sueños- respondió un chavo de Poseidón.
Vi en los ojos de los demás reto; pero nos tenían miedo a las vez; no me percate, en qué momento no pusimos en una fila; como una barrera; y los mirábamos con superioridad, algo en mi me lo decía; y era sin consentimiento; lo hacía inconscientemente.
Todos empezaron a moverse, me di cuenta que formaban los grupos in invitarnos, formaron 3 grupos, solo dejaban uno; pero por lo visto ninguno se iba a arriesgar a estar con nosotros.
-¿Formamos un grupo?- nos preguntó un chico de Hades, al resto; nos miramos y asentimos.
-Yo me uno a ustedes- dijo Tanya.
-Claro- dijo el mismo chico. Tanya salió del apretado grupo donde estaba, y de tras de ella salieron unos cuantos más, eran ninfas por lo que vi y unas seguidoras de Tanya, también hijas de Afrodita, una era de Artemis, y había otros dos, uno era de Ares y otro era de Hera.
-Nosotros también, si nos aceptan- dijo el hijo de Ares.
-No hay problema- esta vez respondió un hijo de Poseidón.
-Veo que ya formaron grupos- dijo Cayo, un poco más calmado; cuando vio que éramos pocos, declaro muy victorioso –Creo que así se van a quedar los equipos.
Nos miró con burla, pero no se iba a meter con nosotros sin una pelea, o al menos conmigo; Ni conmigo pensó Alice, la miré algo sorprendido; pero supuse que era un nuevo poder… siempre aparecía cuando menos lo esperaba. Ni con nosotros escuche voces parecidas a las de mis tíos. Mire hacia donde estaban estos grupos, habían sido ellos, eso solo significa que nos conectamos.

Bella Pov.
Ya era la gran hora; momento de ir a clases; bueno de hecho ya estoy entrando en el salón de hechicería caminando hacia una mesa disponible; Emmett, llegaba un poco más tarde, solo espero que no tan tarde.
-Hola Bella, me extrañaste ¿verdad?-dijo mi hermano sentándose a lado mío.
-La verdad no- dije riéndome.
-Muy graciosa.
Busque por el salón al chico de ojos verdes, pero no había indicios de él, eso significaba que él no era un hechicero, o que no me tocaba con él. –Sigues buscándolo. Bella ya te dije que él capaz y ni está aquí, a lo mejor y no lo vuelves a ver.
-Gracias, Emmett. Me das mucho ánimo-dije con sarcasmo.
-Ya cállate!- dijo una chava con demasiado volumen.
-Señorita, le recuerdo que no puede usar magia amenos de que se le permita- dijo una señora, con autoridad, y viendo con un poco de enojo a la chava. –¿Cuál es su nombre?
-Eunice López-respondió apenada. Y fue cuando vi lo que había hecho; había congelado a un chico, era el mismo que me había hablado en la mesa del comedor. –Perdóneme, no fue mi intención.
-Sólo por esta vez, pero descongélelo por favor.
Agitó sus manos frente a ella, como si lanzará polvos o algo así, pero no salió nada, y el chico se descongeló.
-¿Qué pasó?- pregunto Tyler muy confundido.
-Nada señor, siéntense.
Todos nos acomodamos, en nuestros lugares que habíamos escogido hace unos cuantos minutos.
-Bien antes que nada mi nombre es Sulpicia, y soy su maestra de hechizos y transformaciones. Deben saber la regla más importante, no usar magia frente a los demás estudiantes que no sean como ustedes, y mantener en secreto las identidades de los demás, me refiero a los vampiros y a los semi-dioses, ninfas y todos ellos. Este incidente, no debe volver a ocurrir, y bueno, algunos de ustedes tienen ya dones, pero no todos, deben de estar tranquilos, algunos los tienen otros no; sin embargo hay ocasiones en que se repiten. Como se habrán dado cuenta algunos los hechizos son fáciles, e incluso pueden ustedes crear algunos de improvisto.
-Cuando empezaremos con las clases- preguntó Tyler.
-Cuando sea el momento; y eso solo lo sabré yo. Llevaran teoría y habrá exámenes, y también hay una biblioteca especial para nosotros, con lo que necesitamos saber, se encuentra en su sala común; hay otras en esta área del castillo, que está alejada de los humanos, y ellos no pueden entrar.
-Nos podemos presentar maestra.
-No, me temó que no. ¿Se van a quedar sentados así?
Todos asentimos.
-De acuerdo; ese será su lugar por el resto del año. La persona del asiento de a lado será su compañero o compañera de trabajo, a menos que pida que sea en equipos. También quiero avisarles que habrá un club de duelos, dónde podrán utilizar hechizos de defensa, pociones y sus dones, si es que tienen.
Creo que esto será más difícil de lo que esperaba; no creo que pueda con todo… pero yo debo de poder. En frente mío estaba Tyler, eso no creo que sea bueno; me puede empezar a molestar, tal vez si le pido ayuda a la chica que lo congelo… ¿cómo se llamaba? Oh ya recordé Eunice; tal vez podamos ser amigas.
-Les dejare su primera tarea. Quiero que me investiguen acerca de la hechicería, viene en sus libros de texto; un ensayo de 3 páginas sobre su surgimiento, desarrollo y todo lo demás, un ensayo en general. No es mucho tomando en cuenta todo lo que debían de poner y lo extensa que es la historia de la gente como nosotros.
-Podemos, usar magia… me refiero que al ir leyendo ir sacándolo, y escribirlo con magia.
-Solo eso; hay un hechizo para hacer eso, solo se acepta en esta sección, en la de hechicería no en otra. Además si usan otro hechizó en mis tareas lo sabré.
Genial, alguien que es demasiado exigente. Este será un año muy interesante.

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