Los personajes no son míos; solo los utilizo para mi alocada imaginación.
Bella Pov.
Todavía faltaba tiempo para que terminara la clase hechicería; sabía que debía prestar atención pero no podía dejar de pensar en él; en lo infeliz que llegaría a ser si él no fuera como yo; eso no dejaría ni una oportunidad para nosotros… aunque no haya ningún nosotros, aun no se porque actuó así en el comedor, ni nada.
-Bella…- dijo Emmett tratando de hacer despertar de mis pensamientos.
-¿Qué sucede?
-Ya termino la clase, vámonos- dijo como si fuera un milagro.
-¿Qué? Pero si todavía faltaban 20 minutos…- deje de hablar cuando el empezó a negar con la cabeza.
-De hecho solo faltaban cinco; pero ya vámonos, quiero poder hacer lo que la maestra dijo.
-¿Qué fue lo que dijo?- preguntó a punto de morir, no escuche nada de la clase.
-Bella, tranquila, me refería a la tarea, todo te lo apunte. Solo para la próxima no estés en las nubes, ¿quieres?- me dijo algo serio. Un momento… que quería hacer la tarea eso es algo difícil de creer, ¿acaso está enfermo? Le toque la frente y luego sus chaquetes, si se que suena raro, pero siempre he dicho así, el me miró y solo sonrió. – ¿Te sientes bien?
-Sip, hermana, estoy bien. Simplemente quiero hacer magia y ella nos dejó.
Me jalo del brazo para sacarme del aula pero antes me quite la túnica y saque el mapa de mi mochila; salimos, y nos empezamos a dirigir a los cuartos, había muy pocos en los pasillos para las habitaciones, pero no había ningún rastro del chico de ojos verdes.
Entramos en la puerta para las habitaciones de hechiceros y ahí choque con dos chavas; por suerte Emmett me atrapo sino hubiera dado un santo ranazo. Observe a las chavas, me miraban algo apenadas…
-Lo lamentamos, es que veníamos en nuestra nube, no fue nuestra intención
-Tranquilas, no hay problema, yo también iba pescando moscas; sin moretón no hay culpa. Me llamo Bella y él es mi hermano Emmett- dije presentándome y a mi hermano.
-Mucho gusto, oye hermana me tengo que ir a hacer eso que te dije, perdonen por irme así, hasta luego.- Dijo Emmett despidiéndose de nosotras, seguía sin poder creer que quisiera hacer la tarea tan pronto, él no era así. En fin, miré a las chicas a la defensiva por si querían hacerme una broma o algo así.
-Me llamo Lola y ella es mi compañera de cuarto Karina- dijo una de ellas.
-Hola, dime Kari. Así que eres hechicera… ¿tienes algún don?- preguntó la segunda, no sabía si decirles o no, y por lo visto la que responde al nombre de Lola lo siento, o lo vio en mi rostro.
-Tranquila, somos buenas. Solo queríamos saber, pero no tienes que decirnos- eso me bastó, sentí en cierto modo el impulso de decirles aunque fuera un poco vergonzoso.
-Bueno la verdad es que todavía no se cual es mi don, o si es que tengo un don.
-Oh, ojala y lo encuentres, yo te diré cual es mi don, bueno es algo genial y asombroso… me puedo hacer invisible. ¿No es fantástico?
-Claro, bueno eso creo- dije algo tímida, me sentía mal ella tenía un don solidificado y yo no.
-Bueno mi don es controlar las cosas o a personas con mi mente.
-Wow, eso es asombroso… ¿Lola?- pregunte con duda.
-Si, lo se. Puedo hacer que las cosas hagan mi voluntad; a veces es bueno. Oye nos tenemos que ir, pero ojala y nos volvamos a ver…
-Y ojala y pronto encuentres tu don- terminó de decir Kari.
Se alejaron, y me quede algo sorprendida por sus dones; no podía creerlo. Me dirigí a mi cuarto y cuando entre vi algo que nunca espere ver… Emmett hacía la tarea con una velocidad increíble pero también estaba leyendo… no lo pude evitar y me empecé a reír como una loca histérica.
-¿Qué te pasa?
-ES que no lo puedo creer, estas haciendo la tarea y…- me acerque a él y vi su hoja, eso fue todavía mejor –no escribes nada, solo son puntos y manchas y una "r" muy mal echa, ¿no qué ibas a hacer tarea?- le pregunte no podía aguantar la risa me dio más cuando el mismo vio su hoja, su sonrisa de orgullo de se fue por quien sabe donde, dejo de sonreír y en vez de eso hizo un puchero como cuando era niño y le dolía el estomago.
-Pero hice bien el hechizo…
-¿Qué fue lo que dijiste?
-Lo normal- lo observe esperando, suspiro y empezó a decir:
Manchas y puntos forrrrmen letras y que se haga mi tarea
Me reí todavía más, que acaso no se dio cuenta que dijo muchas "r" en si como que lo específico y aparate nunca dijo que dependiendo de lo que leyera, solo dijo que formaran letras y en cierto modo manchas y puntos. Él me miraba muy dolido, me traté de tranquilizar, pero él dijo algo que no logré captar y el libro se empezó a deshojar y cada hoja empezó como que a bailar alrededor de él, tenía una cara de asustado.
-¡Bella! ¡Ayúdame!
-¿Qué hiciste?- dije entre risas...
-Libro y hojas, sepárense y hagan un baile… ya no recuerdo que más.
-Emmett tu problema es que no especificas. Pasta y hojas vuelvan a su estado original para un libro formar.
Se volvió a transformar en un libro, pero este seguía bailando y mi hermano estaba más asustado.
-¡Sigue bailando!
-Ya voy, espera déjame formar el hechizo. Libro fiestero, deja de bailar para mi hermano tranquilizar.
Dejo de bailar el libro, pero Emmett tenía la cara de asustado que nuca había visto en él. Me miró como si fuera a quemarme con la mirada lo único que dijo fue: corre.
Empecé a correr en toda la habitación tratando en vano de huir de él, pero era más rápido que yo; me atrapo y me echo en su hombro sin ningún esfuerzo me llevo al sofá y me empezó a hacer cosquillas, el sabía dónde era mi punto más débil de las cosquillas, no paraba de reírme incluso me andaba ya del baño quería hacer pispis, pero el me tenía atrapada…
-Para Emmett, necesito hacer pis…
-No hasta que te disculpes.
-Nunca- dije el aumentó las cosquillas, ya estaba apunto de hacerme cuando dije –Ya, para, para, lo siento. Para- dije ya sin poder aguantar más.
-Eso es mucho mejor, me soltó y me fue como alma que lleva Marlín al baño…
Cuando salí Emmett estaba ordenando el desastre, -¿Quieres que te ayude con tu tarea?- le pregunte cuando vi que recogía su hoja donde según llevaba una parte de la tarea.
-Lo vas a hacer. Si no te toca otra guerra de cosquillas.
-Que gracioso. Mira para empezar el hechizo va así:
Un resumen debo entregar, para una calificación obtener. Pluma escribe lo que sea importante del libro de la clase.
Cuando lo dije, la pluma se alzó lista para escribir.
-Vez, ahora lee, el texto y como vayas leyendo va a ir escribiendo, si quieres puedes decirle que agregue cosas, se borrarán si no es lo que quieres, pero escoge bien.
-¿A dónde vas?- preguntó cuando me dirigí hacia la puerta.
-Voy a dar una vuelta, y explorar un poco; después haré la tarea. Si tienes problemas llámame, tendré mi celular por si ocurre algo.
-Gracias hermana, después anotaré todo los hechizos que me salgan bien.
Rodeé los ojos y seguí mi camino, cuando salí de las habitaciones, me dirigí a lugares sin rumbo y grabando cada parte del Instituto en mi mente.
Descubrí pasadizos, o tal vez solo eran para llegar más rápido a algunas clases sin ser vistos por los humanos; llevaba mi varita por si la necesitaba. Descubrí como llegar a la biblioteca, y también a algunas aulas de clases normales; descubrí una cafetería común y corriente, a dos puertas que nunca pude abrir estaba el gran comedor. De pronto me encontré con un hermoso patio; pero lo que lo hacía más hermoso era quien estaba en el… era el de ojos verdes… Edward si mal no recuerdo su nombre.
Quise acercarme, pero una chava me miraba como con advertencia, dijo algo y todos se voltearon a verme, en algunos de ellos sus ojos demostraba furia, cuando él me vio sentí una necesidad de correr a sus brazos, pero algo le dijeron y frunció el ceño y cuando me volvió a mirar lo hizo con indiferencia y cierta molestia… me sentí mal por esa mirada y sentía un nudo en mi garganta ¿acaso quería llorar? ¿Por qué? Si yo no sabía las respuestas menos ustedes… creo. Me aleje un poco y me dirigí a una banca que estaba libre, ahí me encontré con la chava que había congelado a Tyler.
-Hola- dije algo tímida.
-Hola…
-Bella, me llamó Bella- aclare cuando trató de decir mi nombre.
-Oh, mucho gusto me llamó Eunice, creo que te vi en la clase de…
-Si, estoy ahí, te vi ya sabes, a Tyler.
-El se lo busco, no dejaba de decir puras groserías y nada más me andaba faltando al respeto.
-Ya lo creo- dije mirando hacia el grupo donde se encontraba Edward, él quedaba frente a mi, y me veía con algo de indiferencia pero en sus ojos también vi ¿amor? No capaz y estoy delirando.
-¿Sabes quienes son?- le pregunte a Eunice, ojala y me dijera que eran hechiceros o tan si quiera él.
-No, no los he visto, a lo mejor y no son hechiceros, ¿por qué lo preguntas?
-Curiosidad.
-Claro, fingiré que te creo. Sabes, me tengo que ir, creo que nos vemos luego, ha sido un placer.
-Si, igual.
Mire de nuevo a Edward, y él me estaba observando cuando se percato de mi mirada aparto la suya, vi como una chica le decía algo, y el respondía y me señalaba con la cabeza nada disimulado; todos se giraron de nuevo a mi, percate una mirada que me estaba taladrando, él le recrimino algo a alguien y esa mirada se fue. Siguieron platicando y él me ignoró por completo, no volvió a mirarme en el rato que estuve ahí; no pude soportarlo más y decidí irme de ese patio.
Seguí explorando y encontré otros lugares, y demasiadas puertas. Algunas no las podía abrir, y decían algo extraño en la puerta parecían signos raros, supongo que era para otros estudiantes. Llegué a una estatua como un escudo pero era extraño, no le encontré sentido ni forma.
Lo ignoré y seguí caminando descubrí un pasillo que parecía no terminar, de repente sonó la campana, me asuste un poco; sin embargo busque como regresar a mi cuarto; pero ya ni sabía donde estaba.
-¿Te puedo ayudar en algo?- pregunto un chico bien parecido, era de tez morena y era algo alto.
-Es solo que no se como regresar a las habitaciones- dije un poco preocupada.
-Tranquila, solo sigue esas escaleras, y después giras a la derecha y ya llegaste, no estás muy lejos la verdad- dijo dándome una sonrisa.
-Gracias, eres muy amable…
-Jacob.
-Jacob- repetí; me aleje de él, seguí la ruta que el me indico y si llegue a las habitaciones; pero antes de dirigir a cualquier puerta me quede afuera pensando en Edward y su actitud, acaso es que nunca iba a saber porque era así conmigo, no creo que no.
Moví mi cabeza y lo vi, acercarse con una chava, con la que había ido detrás de él desde antes; él me miró y ella le dijo algo pero el solo negó con la cabeza y camino sin dirigirme una palabra… ella en cambio trato de hablarme pero él la jalo y no la dejo decir nada, vote hacia otro lado, no quería verlo, solo escuche una puerta y cuando quise ver donde había entrado, ya no había rastro de él.
Pov. Edward
Después del pequeño pleito en la clase; nos reunimos, eran dos hombres y una mujer como hijos de Hades, de Poseidón eran tres mujeres y dos hombres. Con ellos me llevaba mejor, sentía que ellos me entendían era algo raro; pero no lo podía controlar era sin mi consentimiento y mi aire de superioridad había aumentado, no se porque me estaba pasando esto.
-Bueno creo que ya termino la clase, pueden conocerse, pero les aconsejo hacerlo fuera de aquí ya que será más fácil que vayan a su siguiente clase.
Todas asentimos, sin embargo todavía podía sentir la tensión en el aire.
-Vamos, hay que hablar en el patio que esta afuera- dijo una hija de Hades.
Todos las seguimos, Tanya iba pegada a mi, me empezaba a agradar tenerla a lado, pero Alice se metió y me jalo –No estés tan cerca de ella, su don es crear lazos de amor con las personas.
-Lo siento.
-Bien aquí podemos hablar, solo no suban el tono de voz. Mi nombre es Patricia, pero díganme Patry como es algo lógico soy hija de Hades y bueno mi don es el fuego como el de mis medios hermanos.
-Bien, yo soy Alice soy hija de Zeus y mis dones surgen cuando menos lo espero, sin embargo se que puedo controlar el clima.
-Yo soy Tanya y mi madre es Afrodita, mi don es crear lazos de amor con la gente o entre ellos. Es útil, y bueno coy muy amorosa- dijo lo ultimo dirigiéndose a mi.
-Yo soy Klaus, soy hijo de Poseidón y mi don al igual que el de mis medios hermanos es controlar el agua, nuestro elemento.
-Mi nombre es Edward y doy hijo de Zeus, soy hermano de Alice, mi don es procrear tormentas, y bueno hace un momento acabo de leer sus pensamientos, no se a que se deba…
-¿Quién es esa que nos observa tan detenidamente?- preguntó Patry, todos miramos a dónde ella observaba y vi a la chica de ojos achocolatados, sentí una dicha de saber que estaba aquí, quise abrazarla y besarla.
-Creo que su nombre es Bella, no recuerdo bien; pero ya la había visto. Solo que no se si sea como yo…
-Sea o no sea, es enemiga; y más porque si fuera como nosotros no se nos unió así que la hace enemiga; olvídate de ella.
-Pero se ve que es buena onda- objeto Alice, pero todos le mandaron una mirada asesina, así que se volteó al darme cuenta de eso, la mire con indiferencia y me giré trate de ignorarla pero fue imposible. Se fue a sentar con alguien trate de saber de que hablaban pero fue en vano, de repente ella se paro y se fue sin dirigirme una mirada.
Todavía seguíamos hablando de cómo organizarnos y todos eso; así que deje de prestar atención.
-Entonces nos vemos mañana, si no es que al rato en las clases normales- dijo Alice.
Nos alejamos y empezamos a caminar hacia los dormitorios, ahí me encontré con ella; estaba en el pasillo pero no daba la impresión de alguna puerta en especial. -¿Hablaras con ella?- preguntó Alice, negué con la cabeza, pues yo si escuche la voz de mi hermana en mi mente, si quería hablarle es que de plano necesitaba a una amiga, la jale del brazo cuando vi más clara su intención, ella me miro confusa y luego con tristeza. Vi como la chica de ojos achocolatados giraba la cabeza a otro lado y rápidamente cruce la puerta de mi mundo; me dio angustia verla sola; a demás en su mirada había algo que no supe entender, camine sin estar pendiente de nada hasta mi habitación; entramos y Alice me paró en seco ya dentro del cuarto.
-¿Por qué no me dejaste hablar con ella?
-Porque no debemos hablar con nadie, todos son nuestros enemigos…
-Déjame decirte que también lo es Tanya, quiere atarte; por suerte no la he dejado, pero ella no es enemiga, quiero conocerla; y quiero poder ser su amiga.
-No lo serás, ella es el enemigo; sino es como nosotros con mayor razón.
-A mi no me importa eso. Pero te diré algo, voy a hablar con ella cueste lo que cueste.
-Sabes que haz lo que quieras.- Me dirigí a mi cama, y pensé en como iba a cambiar mi mundo desde este momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario